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BAJO EL EFECTO DOPPLER: Al sur de la frontera, al oeste del sol.

Recomendación de la semana.

Al sur de la frontera, al oeste del sol.

Una mirada en la tempestad de Murakami.

“Ambos éramos seres incompletos, sentíamos que algo nuevo y todavía por aprender aparecía delante de nosotros para llenar nuestro vacío. Estábamos de pie ante una puerta cerrada, desconocida”…
Haruki Murakami

Bajo el recuerdo reposan la nostalgia, el deseo, la frustración, la especulación, la añoranza por lo que nunca ocurrió. Una súbita y  pálida sombra se posa en nuestra memoria acorralando nuestros sentidos, sumergiéndonos en las profundidades del tiempo y la distancia.

Cuando el destino se vuelve un círculo infranqueable, uno parece no entender de manera normal los sucesos que se presentan, se buscan caminos alternos, infinidad de respuestas que aparecen bajo el rostro de la soledad.

“Nací el 4 de enero de 1951. Es decir: la primera semana del primer mes del primer año de la segunda mitad del siglo XX. Algo, si se quiere digno de ser conmemorado. Ésta fue la razón por la que decidieron llamarme Hajime (Principio)”…

Ella: representa el paraíso perdido, aquel mundo idílico que llego a su fin de manera paulatina y catastrófica, es la efigie de una infancia envuelta entre vinilos de Liszt y Nat King Cole.

Él: es un principio, carente de conclusión, una marejada de preguntas que buscan cobijo en el pasado, el sueño interrumpido por la contingencia del destino.

Si las pérdidas de una vida se juntaran, el cielo de este universo no podría abarcarlas.

Ambos se conocen en una época de dudas, de irrealidades tangibles, de mundos semejantes y complementarios, un tiempo en el que todo parecía estar bajo el signo de una inocencia compartida. De pronto todo cambia, la inevitable impermanencia aparece de la nada.

La vida de Hajime da un giro, un insondable vuelco hacia la incertidumbre de la adolescencia, perdiéndose en los años y desvaneciéndose en la distancia.

Shimamoto simplemente no está, aparece esporádicamente como un fantasma que se desdobla en imágenes de antaño. Los “hubiera” y las constantes interrogantes atrapan la mente de Hajime llevándolo a una búsqueda incesante por descubrir ese algo oculto entre los ojos del otro.

Inmerso en libros, discos de jazz y tardes de piscina, Hajime lleva su vida de manera normal y ordinaria, tratando de ver en cada mujer con la que se cruza, una breve porción del rostro de Shimamoto.

Quiso el destino o la inseparable voluntad de lo divino , que estos dos seres , después de una travesía humana, se reencontraran, diferentes y ajenos, con la sensación de haber mudado de piel, de hábitos de costumbres, pero con la seguridad de que a pesar de todo, ese sentimiento que los unía, aun permanecía intacto.

”La miré a los ojos. Parecían aguas profundas que brotaban de un manantial en una umbría silenciosa entre montañas donde no soplaba el viento”…

Uno está sometido a la perdida de manera constante en esta existencia, el adiós es inevitable. Y en el fútil intento por evadir la transitoriedad de las cosas, el ser humano busca mil pretextos, para no sucumbir a la tiranía de sus apegos.

Murakami logra un sobresaliente trabajo literario, en el que ahonda y escarba dentro del abismo de las pasiones humanas. Dotado de un estilo inconfundible y sobre saliente, este autor atrapa y seduce al lector, llevándolo por un abanico de emociones que logran la inevitable empatía de quien se adentra en sus páginas.

AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL, una novela imprescindible para aquellos que gustan de la buena lectura, y viven con la nostalgia de aquel amor perdido en los archivos de su historia.