La semana pasada les contaba un par de cosas sobre algunas miserias morales y demás intimidades vergonzosas a propósito de las leyes que regulan la entrada de extranjeros a España. Este domingo, para terminar lo empezado, les traigo algunos consejos para sobrellevar el mal trago que puede suponer cruzar las puertas de la Fortaleza Europea. Aquí les dejo algunos trucos y observaciones, les ruego que se las tomen con el buen humor que requieren este tipo de situaciones lamentables patrocinadas por de jiuropean párliamen, el muy patrio parlamento ejpañó y (quizá lo más lamentable de todo) los votos de varios millones de españoles:
-en tu viaje, no excedas los tres meses de duración. Podrás renovar tu visado de turista una vez en España.
-compra siempre un billete de ida y vuelta, incluso aunque pienses quedarte más tiempo. Lleva siempre contigo el justificante de tu boleto de regreso.
-tráete todas las tarjetas de crédito y débito que puedas conseguir. Las de crédito son mejor que las de débito. Si no tienes, ábrete una cuenta especialmente para el viaje. Cuanto más doradita sea la tarjeta, más posibilidades tienes que el funcionario haga la vista gorda.
-Lleva en euros todo el efectivo que puedas. De preferencia, el total debe ajustarse a los 57 euros por día de estancia (comprueba la cifra exacta antes de salir, varía cada año). Si no tienes el dinero, antes de emprender tu viaje pídele a tus amigos que te hagan transferencias a tu cuenta: ya se lo devolverás luego. Algunos bancos ofrecen la opción de pedir un crédito sin intereses en los primeros meses y devolver el dinero en cuanto hayas entrado en España. Hay muchas posibilidades, no es tan difícil reunir 5000 euros con un poco de buena voluntad y los ahorros de varias personas. Te piden que muestres el dinero…¡no que sea tuyo!
-Lleva una reserva de hotel contigo, a ser posible por todos los días que vayas a quedarte en España. No tienes que quedarte en el hotel, solo mostrar la reserva. Perderás la paga y señal, pero todo será más sencillo. Si miras bien las condiciones del hotel y llegas por la mañana a España, incluso es posible que te dé tiempo a cancelarla y no pierdas dinero.
-Llevar una reserva de hotel es más seguro y además les ahorrarás el mal trago a tus amigos de tener que pedirle permiso a la policía para alojar a alguien en su casa. A algunos nos horroriza la simple idea de tener que pedirle permiso a la policía para tener a un amigo en casa. Es una cuestión de principios. Además, el trámite es muy complicado y en muchos casos de todo punto imposible conseguir ese permiso.
– Si eres mujer, procura ponerte en la fila de un funcionario que sea hombre. Si eres hombre, vete con una mujer. Sé amable, sonríe y sobre todo no muestres miedo: no tienes de qué avergonzarte.
-Procura ser de los primeros en la fila. Es más difícil que el funcionario se ponga muy quisquilloso con tus papeles si detrás de ti esperan cien personas.
-Vístete casual pero elegante. Si tienes zapatos y playeras de marca, este es el momento para usarlos. Ante todo siempre debes dar la impresión de que tienes dinero y una vida fácil en tu país. Piensa que el funcionario siempre sospechará que buscas quedarte ilegalmente en España: ese es su trabajo. Tu trabajo es tratar de convencerlo de que no tienes ningún interés en quedarte en España. Di cuál es tu profesión del modo más conveniente y rimbombante posible. Y por favor, ¡no se te ocurra decir que estás desempleado!
-Lamentablemente, cuanto más oscura sea tu piel y más indígenas sean tus rasgos, tanto peor será el trato que recibas. Por lo tanto debes tratar de apantallar estos rasgos generadores de prejuicios con ropa bonita y actitud segura.
-Recuerda que los funcionarios españoles (como los de todo el mundo en general) por regla general se agrandan frente a los débiles y se achican frente a los poderosos. No te muestres débil. Sé respetuoso, pero no te achiques.
-Recuerda, finalmente, que el funcionario es un ser humano y que en principio (si no ha tenido un mal día) no desea deportarte. Entre otras cosas porque eso le representa trabajo extra. Por lo tanto, si demuestras que tienes suficiente dinero para sobrevivir durante tu estancia y que no tienes ningún deseo de quedarte en España no tendrá inconveniente en dejarte pasar.
Ah, y por cierto, una última cosa para después de haber pasado los controles de migración (aunque por favor, jamás, bajo ningún concepto te enzarces en una discusión histórica de este calibre con un funcionario de migración). Si eres de alguno de los países que durante la Guerra Civil Española acogieron a refugiados españoles (México, Argentina, Venezuela, República Dominicana, Chile, Colombia, Haití o Puerto Rico) y te encuentras durante tu estancia en España con algún imbécil que ose cuestionar tu estancia en el país, hazle, hazte y haznos un favor refrescándole la memoria y recordándole quién le salvó el pelo a los españoles cuando la bendita Francia los abandonó a su suerte. Feliz domingo.
Altea Gómez radica a medio caballo entre España y México y es periodista, guionista y cuentacuentos.
Imagen: Jorge Correa