Foto: Zapatero ante los grandes inversores de Wall Street
Bien por vosotros. Ya habéis conseguido, con la sumisa ayuda de nuestros insignes políticos y sus medios afines, desviar la atención. Ya tenéis lo que queríais: Que la borrega prole se revele contra sí misma. Que nosotros, los curritos, arremetamos contra los demás curritos: contra los sindicalistas por vender su alma a la Patronal, contra los funcionarios por vagos y maleantes y contra los inmigrantes por haber venido aquí, a esta España nuestra, a quitarnos todos esos trabajos que antes, cuando todos nos creíamos prósperos y virtualmente ricos (créditos hipotecarios y personales mediante) descartábamos por cutres, ¿limpiar escaleras y culos yo?
También habéis conseguido que el Presidente de un Gobierno previsiblemente de izquierdas, con las palabras Socialista y Obrero entre sus siglas, se rinda a vuestros pies y cumpla, una a una, vuestras exigencias: Que nosotros, los curritos, paguemos vuestros excesos recortándonos los sueldos, las pensiones de nuestros padres y de nuestros abuelos, aumentando la edad de nuestra futura jubilación, abaratando el despido o reduciendo la Ayuda al Desarrollo o lo que haga falta con tal de que no os toquen lo vuestro.
Porque si os tocaran lo vuestro bastaría con hacer un par de llamadas (a la Agencia de Calificación de turno y al banco de marras) para hundir la Bolsa y aumentar la Deuda de un país entero comprando y vendiendo, en un intervalo de horas, minutos tal vez, a trillón el Paquete de Acciones. Si la operación sale mal y no ganáis lo previsto o incluso perdéis pasta (nunca la vuestra: para eso inventásteis los Paraísos Fiscales), no hay por qué preocuparse: el socialista y otros tantos como él volverían a tomar medidas y esta vez, qué se yo, echaría a los ”sudacas” de España, o volvería a subir los impuestos o lo que hiciera falta, hombre, que para eso estamos. Y si hay que volver a inyectarle dinero a los bancos, (¿cuánto necesitas esta vez?, ¿10.000?, ¿20.000 millones?) pues se hace, y punto. No hay problema, los curritos no os señalarán a vosotros: Están demasiado ocupados echándose la culpa entre ellos.
Cierto es que, como taxista y escritor Autónomo, a mí no me afecta directamente esta última reforma laboral. Incluso podría decir que, si llegara a contratar a un conductor para mi taxi o a un negro para mi novela, esta reforma resultaría beneficiosa para mi economía. Pero moralmente, no.
Por eso yo también iré a la huelga general del 29 de septiembre. No soy trabajador por cuenta ajena, pero iré. No me afecta la reforma, pero iré. No me gusta cómo están actuando los sindicatos, pero iré. Iré para no daros la razón, como un borrego más, a vosotros, a los de la foto (y a otros más que no salen porque están en las Seychelles, daikiri en mano, descojonándose de la risa), a los auténticos causantes del inicio y desarrollo de esta crisis. A los Lehman Brothers, a los Enrons, a las hipotecas subprimes, a los brockers sin escrúpulos, a los especuladores del suelo (en España) y, sobre todo, a las políticas neoliberales que han consentido y siguen consintiendo y alentando todo esto.
Daniel Díaz es, según sus propias palabras taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM). Bufón y escaparatista de almas. Conduce un taxi desde donde observa la vida y vive en Madrid. Escribe en el blog Ni Libre Ni Ocupado. Síguelo en twitter @simpulso
Este texto no es copyleft y ha sido reproducido únicamente con permiso del autor.
Foto: Ni libre ni ocupado