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Marisela Escobedo: El espejo del sistema de justicia

Por: Ana Paula Cinta

anapaulacintaopinion@hotmail.com 

Y regresamos a la lamentable tragedia que parece ser el espejo del sistema de justicia mexicano.

La semana pasada tuvimos la oportunidad de ver en entrevista a los jueces del caso Rubí Marisol, más cerca, de viva voz, a esas tres personas que hace ya varios meses declararon inocente a Sergio Barraza Bocanegra por el asesinato de la menor. Esas imágenes escalofriantes, donde se ve a una madre gritar de angustia y desesperación, tal vez de incredulidad ante lo que oía y de impotencia de sentir la justicia tan lejana y tan distante, se reviven a través de las declaraciones realizadas hace unos días. Tal vez el momento que toda la ciudadanía esperaba, escuchar lo que tenían que decir Nezahualcóyotl Zúñiga, Catalina Ochoa y Rafael Boudib, los jueces del Tribunal Oral de Chihuahua, figuras que marcaron todo lo generado alrededor del asesinato de Rubí Marisol que culminó con el asesinato de su madre en la búsqueda de la justicia y que estos personajes no pudieron procurar.

Escucharlos en entrevista resulto aún más lastimoso, con cada palabra, con cada reacción, parecían desangrar al sistema de justicia. Los tres jueces enfrentaron a la ciudadanía, a través de los medios de comunicación, con el argumento de que están sufriendo un linchamiento atrás de la figura del gobernador. Se mostraron incrédulos, si incrédulos, ante el juicio político que, por resolución del Congreso de Chihuahua, han de enfrentar. Sin ninguna lamentación implícita, se les escuchó afirmar, en repetidas ocasiones, que la liberación de Sergio Barraza se dio fundamentada en la falta de pruebas contundentes en su contra y por lo tanto, no existía el sustento para dictaminar su culpabilidad en ese momento. Sorprendente y realmente lamentable resulta que un tribunal de Juárez lo haya declarado culpable de homicidio con los mismos elementos que estos jueces tuvieron en sus manos meses anteriores. Aún cuando hayan querido mostrar que lo ocurrido es consecuencia de los requisitos y formalismos de nuestro sistema de justicia, o bien, mostrar que el verdadero y único culpable es el ministerio público por fallas en sus investigaciones, lo único trascendental es el entendimiento de que se dejó libre a un asesino.

Una confesión realizada que no formó parte del material probatorio, como se creyó en un principio, se muestra demasiado tarde para una justicia esperada que terminaría en tragedia. Este acontecimiento vicia los juicios orales que comienzan a llevarse a cabo en el estado, muestran un fracaso que no tendría porque resultar así de origen, simplemente el sistema y sus procuradores de justicia lo pudren todo, basta con escuchar que ante el escenario que enfrentan estos tres jueces, advirtieron la posibilidad de pedir asilo político asegurando no se les dará un juicio justo ¿Figuras de procuración de justicia asegurando que en México no recibirán juicio justo? ¿Entonces de que manera ejercen sus funciones?

Entre la furia y el dolor que este caso genera en cada uno de los mexicanos, escuchar a los jueces valida lo que Marisela Escobedo peleó sin cesar hasta el día de su muerte, una justicia que parece inexistente. Al final, yo no lo llamo de otra forma que una profunda incompetencia sellada por la impunidad y la falta de responsabilidad en sus cargos. La determinación del gobernador de Chihuahua César Duarte parece el mínimo necesario en el enfrentamiento con la injusticia que enmarca Marisela Escobedo.

Mucho se habla del riesgo que implica para los poderes de la nación someter a juicio a los jueces, dado que su independencia resulta de vital importancia en la impartición de justicia y temer a las consecuencias políticas puede ser un factor que desvié los veredictos, pero ¿entonces qué? ¿Se pasa por alto la incompetencia? Sin duda, habrá que ampliar la investigación hacia todo el aparato, y personas involucradas, que formaron parte de este fallo “fallido”, resulta imperante mostrar de inmediato el grosor del hecho, para que tal determinación no se preste a enjuiciarse como capricho de un gobernador por evasión de responsabilidades.

Lo anterior, aunado a la presencia de los feminicidios en importantes entidades de la República Mexicana, torna más doloroso el caso. Realidad que los gobiernos enfrentan con descuido y la mínima atención, o bien, bajo el argumento de que son años electorales y estas cifras tienen tintes políticos, por lo tanto, con negarse a la alerta de género es más que suficiente para nuestras autoridades. Con estas declaraciones ¿debería sorprendernos la posibilidad de asesinatos e impunidad? Y aquellas mujeres de lucha por hacer de México un país diferente, donde la justicia tenga cabida, donde la libertad vuelva a ser un derecho, mueren asesinadas, mientras los responsables de estructurar un sistema de seguridad y justicia siguen sentados en sus sillas gubernamentales montando telenovelas que los inclinen hacia la presidencia en 2012.

Correcta o erróneamente es gratificante ver el peso de un estado caer sobre la impunidad.

Memoria electoral mexicanos, no nos callemos más, rescatemos la dignidad de este país.

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Publicado en El Gurú Político. Republicado con autorización de la autora como parte de la Alianza por la Información. No es un artículo CopyLeft

Politóloga del ITAM. Columnista. Partidaria del análisis político, estratégico e institucional que ofrezca un panorama amplio de México con un enfoque objetivo y fundamentado, contribuyendo a enriquecer la perspectiva de la sociedad en los temas de discusión cotidianos.

Twitter: @AnaPaulaCinta

Blog: mujerescontruyendo.com/blog/espejopolitico