Tenía la historia perfecta. Ni siquiera tuve que imaginarla, era real. La clásica disyuntiva entre el amor hermoso y su hermana la pasión destructiva. Los personajes clave eran Paola y su amante Pepe, quienes llevan juntos más de dos años. Con ella he vivido desde el inicio del romance clandestino hasta los infiernos de los últimos tiempos.
Hoy que la vi, mientras escuchaba las novedades del estatus de la relación, vino a mi mente “Bigger than us” de White Lies, la busqué en mi ipod, se la puse y canté el coro como si se acabara el mundo en ese instante:
“And I feel like I’m breaking up, and I wanted to stay,
Headlights on the hillside, don’t take me this way,
I don’t want you to hold me, I want you to pray,
This is bigger than us.”
“No te enamores”, me dijo con una sonrisa rota mientras prendía su cigarro. “No te enamores, siempre se jode todo cuando entra el amor”.
Con palabras entrecortadas, me dijo: “No tengo las fuerzas suficientes para dejarlo, pero tampoco puedo seguir con él”. Me contó de los sueños compartidos, de las historias que habían planeado. De cómo la esposa de él se hizo presente de pronto. De cómo el novio de ella había mostrado la más absoluta indiferencia. De cómo solo había un mundo cuando ellos dos estaban juntos…y que nada más importaba.
¿Por qué no dejan todo lo demás y están juntos solo ustedes?
Esa siempre es la pregunta lógica ¿No? Pero ellos ya están enfermos, locos, malsanos. Ya es una guerra entre los dos, para con los demás y hacia dentro de su relación. Están en un punto en el que no hay vuelta atrás, hay que brincar el precipicio sin red de seguridad. Y ellos no se atreven.
Ellos somos nosotros, nosotros estamos enfermos de pasión, deseo, entrega, arrebato. Estamos enfermos de adrenalina y de concupiscencia. ¿En qué momento nos volvimos tan perversos con nosotros mismos?
Adele canta Rolling in the deep y no hay nada que describa mejor este sentimiento:
We could have had it all,
(You’re gonna wish you never had met me),
Rolling in the deep,
(Tears are gonna fall, rolling in the deep),
You had my heart inside of your hands,
(You’re gonna wish you never had met me),
And you played it to the beat,
(Tears are gonna fall, rolling in the deep).
Y aún así ellos siguen juntos, con toda la pasión dentro. Con amor que se entiende como amor pero se rehúsan a aceptarlo, convirtiéndolo en perversión.
Ellos se ven a los ojos y entienden la euforia de las venas al sentirse cerca. Ellos se saben malditos por un amor ajeno que se siente como propio. Y aún así ellos siguen juntos…
Cuando los demás sientan dentro, en las entrañas, qué es hacer el amor como si nunca más pudieran volver a estar juntos, entonces podrán entender a los amantes malditos.
Sabrán de desolación, de tristeza, de ira. Sabrán qué es sentirse vivo y ser corrompido por una pasión carnal que resulta incontrolablemente deliciosa y adictiva.
Y entonces será cierto. Los amantes malditos jamás podrán ser bajo los estándares y cánones sociales que dicta “lo bien visto”. Dentro de una sociedad como la de ellos, como la de nosotros, como la de todos, no hay espacio para la concupiscencia, para la perversión…solo hay espacio para el amor tradicional y ese no les gusta a nuestros personajes.
Muy probablemente no podrán envejecer juntos, no habrá fiestas celebrando “que triunfó el amor”. No tendrán largos paseos públicos tomados de la mano. No habrá cotidianeidades ni fotos familiares para ellos.
Pero a ellos no les importa mientras se tengan el uno al otro, mientras sigan intoxicados con la adrenalina que, por ahora, les es suficiente. Ellos no hacen planes a futuro porque no pueden. Para ellos no hay futuro, solo una constante realidad que se repite como loop. Amarse mientras puedan, desgarrarse por dentro, arrancarse la piel para besar la que está naciendo.
Aquí todo es atemporal, efervescente y fugaz. No hay permanencias pero tampoco hay pérdidas. Una vorágine pasional que sólo la entienden los locos, los que necesitan sentirse vivos experimentando cosas a la orilla del risco.
A veces crees que todo vale madres sólo por enamorarte. Da miedo entregar el corazón, pero también da miedo dejarse llevar por la pasión. Para mi hoy ya es demasiado tarde, mi corazón late en sincronía con tus venas. Mi pasión se decodifica en tus ojos. Mis instintos inclementes responden al llamado de tus labios. Yo hoy soy parte de esos amantes malditos también, igual que tú, que estás del otro lado del monitor. Zoé canta que es raro el amor que se te aparece cuando menos piensas. Sí, es raro. Muy raro el amor.
Al final, todo es cosa de decidir hacia dónde quieres ir, si lo que quieres es amar y entonces hay que respirar profundamente, pararse en la orillita, soltar todos los miedos, extender las manos y aventarse. Sólo así puedes volar.
(gracias por enseñarme nuevas técnicas de vuelo).
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Imagen: arhadetruit