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Cada tres minutos muere una persona a causa de las drogas.

 

La droga que más se consume en el mundo continúa siendo la Marihuana, con 203 millones de personas que se declaran fumadoras, sin embargo, a últimas fechas hay que mirar hacia las llamadas drogas permitidas, que son usadas como materia prima en la elaboración de metanfetaminas.

Conocidas como drogas sintéticas, tienen un efecto estimulante del sistema nervioso central, al igual que el mate o el café, provocan estados de alerta y ansiedad entre los consumidores.

Y es que el consumo de estupefacientes evolucionó con la humanidad; el arquetipo de los adictos cambió, ya no son vagos que resguardados en las esquinas se inyectan heroína clandestinamente, ahora son trabajadores que necesitan energía para soportar la jornada laboral.

Otro ejemplo es España donde la crisis económica está agudizando el consumo de drogas “más baratas”, como el cannabis, frente a otro tipo de sustancias que suponen un mayor desembolso económico

Según el último reporte de la Organización de las Naciones Unidas, el mercado de los opiáceos y de la cocaína disminuyó 38 por ciento, mientras que el consumo y fabricación de drogas sintéticas está en aumento.

Incluso derivados de medicamentos antiparasitarios son empleados para fabricar drogas sintéticas. En Europa, 16 de estos nuevos estupefacientes están siendo monitoreados, mientras que en Japón la cifra alcanza 51.

“Una tónica barata y disponible en estos tiempos de prisa y competencia, que se encuentra para divertirse en las discotecas o para tener mayor energía en las líneas de producción”, señaló Antonio María Acosta, director ejecutivo de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito.

En ese sentido el Secretario de las Naciones Unidas, Banki-Moon, aseguró que la estrategia de combate a las drogas debe reorientarse hacia la prevención de las adicciones y no a una política punitiva que sólo genere violencia.

“No culpemos a la gente que se hace dependiente de las drogas ilícitas y nunca los avergoncemos. No deben ser discriminados, sino tratados por médicos y consejeros. La adicción a las drogas es una enfermedad y no un crimen”, afirmó.

El reporte indica que cada año mueren alrededor de 200 mil personas por el abuso de enervantes, lo que equivale a una muerte cada tres minutos.