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Así quiere la NASA desviar un asteroide que podría chocar con la Tierra

Y de paso resolver un problema para futuros abastecimiento en la exploración más allá de la Luna

Se trata del asteroide 2008 EZ5 de cientos de metros de diámetro y lejos de planear una explosión como nos han mostrado las películas de Hollywood la NASA plantea algo bastante particular, enviar una nave, quitarle un pedazo a la roca y desviarla hacia la Luna.

¿Cómo lo lograrán?

Al recoger una roca desde el espacio profundo y estacionarla convenientemente cerca de la Tierra, el proyecto tiene como objetivo resolver varios problemas de una sola vez.

La primera etapa de la misión implicará el envío de una nave espacial robótica al asteroide.

Fue diseñada con tres patas que se utilizarán para aterrizar en la roca y un par de brazos mecánicos que la agarrarán (podría parecer algo así como las máquinas de garra comúnmente encontradas en las salas de juego).

Según Chodas, esta parte es fácil: la atracción gravitatoria de un asteroide es muy baja, por lo que el aterrizaje debe ser casi tan suave como acoplar un módulo de suministro a la Estación Espacial Internacional.

Una vez que seleccione su roca, la misión pondrá a prueba el concepto de “tractor gravitacional”, una técnica que consiste en utilizar la masa de la nave espacial (agrandada por la roca) para jalar suavemente un objeto -como un asteroide-, hacia él.

Aunque la fuerza gravitatoria ejercida por la nave espacial es minúscula, si se queda allí un tiempo suficientemente largo debe tener un impacto tangible en la trayectoria del asteroide.

Se cree que muchos asteroides cercanos a la Tierra están llenos de rocas sueltas.

 

“Va a moverse en una dirección que lo convierta en menor amenaza a la Tierra”, dice Campins.

La nave espacial despegará saltando (es decir, enderezando de repente sus patas) para evitar provocar una nube de polvo, y disparará sus propulsores cuando esté a una distancia segura.

“Si esto sucede demasiado pronto, el polvo podría cegar las cámaras en la nave espacial“, explica el experto.

Entonces todo lo que tiene que hacer es viajar los 80 millones de kilómetros a la Luna.

Aquí es donde entra en juego la tecnología más reciente de la NASA.

La propulsión eléctrica solar consiste en utilizar la energía solar para acelerar el xenón, un gas usado en pantallas de plasma, luces estroboscópicas y flashes de cámara, que es expulsado de los motores de la nave espacial para crear un empuje constante.

“Recuerda que incluso un empuje suave continuará llevándote, porque estás en el vacío del espacio -no hay resistencia”, dice Campins.

La misión de asteroides es el terreno de prueba perfecto para la tecnología, que la NASA espera un día lleve a los astronautas a Marte.

“Nunca antes se ha utilizado en esta escala”, apunta Chodas.

Leer el resto de la historia en la BBC

Foto: NASA©