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Mastodon y la cultura del Fediverso

Snowden nos reveló las mil formas en las que el poder nos espía empleando nuestros propios dispositivos electrónicos, nuestros móviles, nuestros ordenadores. Brexit: the uncivil war nos mostró que, además de para espiarnos, nuestros dispositivos se emplean para la propaganda política individualizada, y cómo algunas de las catástrofes geopolíticas que hay en marcha se deben en parte a que esa clase de propaganda es muy eficaz para manipularnos. Más cerca, Marta Peirano nos explica, con artículos, libros y conferencias, que la forma en la que funcionan las redes sociales no es casual, que su diseño va buscando maximizar la interacción y la extracción de datos, y las mil formas en las que se usan luego esos datos en nuestra contra.

¿Es todo esto suficiente para abandonar Twitter, Facebook, Instagram, YouTube? Para una minoría, sí. La célebre idea de que «las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo» ha estimulado abundancia de alternativas. La no-tan-nueva red social que ha vuelto a aparecer en las noticias recientemente es Mastodon. Ahora mismo tiene entre tres y cuatro millones de usuarios, repartidos el alrededor de 1500 «instancias», que para entendernos son como los distintos servidores de correo electrónico: técnicamente son independientes, tienen distintos administradores y se rigen por distintas normas, pero se comunican perfectamente entre sí. De hecho, la interacción no queda ahí, porque Mastodon es un componente más de lo que se conoce como Fediverso: GNU Social, Peertube, Funkwhale, Diaspora, Friendica, Pleroma…

En Mastodon convivimos un sustrato más o menos estable de usuarios motivados políticamente con oleadas de usuarios que vienen con una motivación más pragmática, ya sea expulsados de las redes comerciales o siguiendo a usuarios populares (el caso de Al Otro Lado del Muro, @BerdaderaH). Estas oleadas vienen tras episodios de «censura» o «ataques a la libertad de expresión» que no son sino consecuencias de que en la práctica nuestro uso de la libertad de expresión es un servicio que un pequeño grupo de empresas nos da, o no, según les convenga. Como ocurre en otros contextos, esas empresas no tratan nuestros derechos como tales sino como un negocio, de forma que estamos a merced de sus intereses económicos y políticos.

¿Y cómo es la vida en Mastodon, en qué se diferencia de Twitter? De primeras, hay diferencias técnicas. Sigue existiendo la lista de cuentas a las que sigues, pero, en vez de existir una lista de trending topics, existe la opción de leer todo lo que se dice localmente en tu servidor, o todo lo que se dice en la suma de todos los servidores que federen con el tuyo… aunque, claro está, si ves a gente etiquetando temas que te interesan, puedes pinchar en ese # para ver quién más ha escrito sobre el tema. Esto solo se entiende bien sabiendo que Mastodon, a diferencia de Twitter, no es una red centralizada. La instancia (servidor) https://mastodon.social es la instancia más general, y de las más pobladas. Si quieres ver algo más específico, puedes mover la cuenta a una instancia que verdaderamente sientas como «local», ya sea por la lengua o por la geografía o la temática. Algunos ejemplos serían la Red Confederada (anticapitalistas, antiestatales y antipatriarcales) o la Red Social de Política ConCiencia.

Más importantes que las diferencias técnicas son, creo, las diferencias culturales. A falta de un estudio sesudo, valga una selección de indicaciones que he leído estas semanas en los hilos de #amadrinaje y de #dudasmastodon:

– Esto se parece a Twitter pero no lo es […] es un espacio de colaboración, para poner ideas en común y de respeto mutuo.

– Acordaos de poner las descripciones de imagen para la gente que no puede ver, que es una costumbre muy bonita.

– [Mastodon] es un espacio con normas distintas (más amable) y con la filosofía de software libre y conocimiento abierto detrás.

– El #fediverso no está diseñado para ser una herramienta de marketing. Está pensado para tener interacciones entre personas iguales.

¿Cambiará esta cultura conforme entre gente nueva? En parte sí, pero en parte sobrevivirá, porque la cultura del Fediverso es consecuencia de su arquitectura y diseño, de decisiones tomadas desde el principio buscando evitar alguno de las características más dañinas y más jerárquicas de Twitter. Y, volviendo a Marta Peirano: «La arquitectura es el lenguaje del poder. Nos revela sus intenciones».

Como cierre, un consejo también leído en Mastodon: «Muchos están probando los límites de la censura, que si bien son altos, quiero recordar a todos, que la Fiscalía también vigila Mastodon».

 

Autor: Alejandro Gaita en La Marea (CC 3.0)

Foto:  ROBIN WORRALL en Unsplash