Los jefes reciben una mala reputación de sus subordinados, y a menudo por una buena razón. A medida que las organizaciones crecen, todavía hay jefes que tienen una actitud “de arriba hacia abajo” que socava la autoestima de los empleados.
De hecho, las investigaciones muestran que son los empleados de alto rendimiento los que tienen más probabilidades de sentirse ofendidos por un jefe controlador con pocas habilidades de liderazgo. Este comportamiento lastima a una organización y lastima a sus mejores personas.
Hay una manera sencilla de controlar cualquiera de estas tendencias, replantea tu lenguaje para reflejar un tono menos autoritario. Si eres un jefe, haz una resolución de Año Nuevo para evitar estas seis expresiones:
1. “NECESITO QUE LO HAGAS”
Este es un lenguaje común en la tierra de los jefes, y tiene una ventaja. Al usar esta expresión, el gerente no ofrece ninguna razón por la cual cumplir con una fecha límite determinada o presentarse en la oficina en un día en particular es importante. Más bien, el jefe simplemente está afirmando: “Tienes que satisfacer mis necesidades”.
Los jefes ilustrados no le piden a su personal que haga cosas por ellos. Explican sus solicitudes y motivan a sus empleados con preocupaciones compartidas sobre el éxito de un proyecto o el logro de una meta. Ningún empleado debe seguir una directiva simplemente para satisfacer sus necesidades.
Si alguien está trabajando en un horario híbrido, evite decir: “Necesito que estés aquí los martes y jueves”. En su lugar, diga: “Si puedes estar aquí los martes y jueves, sería genial porque podemos reunir a todo el equipo en esos días”.
2. “YO TE PREGUNTE”
Esta es otra expresión rechinante. El lenguaje es punitivo: implica que el empleado ha fallado, como en “Te pedí que me consiguieras los números trimestrales, pero aquí estamos en la mitad de la semana y no los has proporcionado”.
En cambio, es mejor decirle a su empleado: “Necesitamos proporcionar a nuestros accionistas las cifras trimestrales, como creo que discutimos en nuestra última reunión. ¿Me los puedes traer esta semana? El tono de esto es más colaborativo y acabará obteniendo mejores resultados.
3. “CONSÍGUELO A MÍ”
Esto no es una solicitud, es una orden y sugiere una actitud abrupta y de arriba hacia abajo. A veces puede que tengas prisa, pero eso nunca es una excusa para ser brusco. Adquiera el hábito de explicar cualquier solicitud que tenga, incluidas las más urgentes.
Si la hoja de cálculo debe estar terminada a las 5 pm, aclare por qué es tan importante. Analiza quién lo estará esperando y qué decisiones se basan en esos datos. Si le das órdenes a alguien, perderás su lealtad y el trabajo se hará a regañadientes.
Un mejor enfoque para lidiar con una fecha límite específica sería decir: “La alta gerencia quisiera ver este informe antes del viernes. ¿Cómo podemos completarlo para entonces? Preguntar, en lugar de decir, y utilizar un lenguaje colaborativo marca la diferencia.
4. “PUEDE SER ASÍ, PERO”
Aquí hay otro desprecio involuntario que los jefes a veces usan. “Eso puede ser así” es un reconocimiento superficial de que el subordinado puede haber dicho algo verdadero o válido. El pero se lo quita todo y le dice al empleado que la opinión del jefe es la única importante.
Un mejor enfoque sería decir: “Entiendo lo que quieres decir” o “eso es cierto”. Luego siga con “y” en lugar de “pero”. La palabra “y” es colaborativa; la palabra “pero” es divisiva. La redacción revisada podría sonar así: “Entiendo lo que quieres decir, y lo sugeriría además…” Con este lenguaje, el jefe habla como un colega, no como un adversario.
5. “NO ME IMPORTA”
Esta expresión no muestra empatía ni comprensión. Es simplemente el jefe tirando de rango. Esta expresión áspera se usa a veces cuando un subordinado ha tenido problemas para completar una tarea o ganarse la confianza de un cliente, y está explicando qué salió mal. Ella ya se siente vulnerable; no la menosprecies.
Una mejor manera de manejar esa situación es escuchar y ofrecer orientación sobre cómo se podría manejar el desafío. El consejo, en lugar de una reprimenda, hace que sea más probable que el empleado lo haga mejor la próxima vez. Un buen jefe es constructivo, no punitivo. Demuestre que le importa.
6. “NO”
Esta palabra aparentemente inocua de dos letras es una expresión a la que recurren muchas personas con autoridad. ¿Quién no ha escuchado esto de su jefe? Pero en cualquier contexto que le dé a esta palabra, conlleva mucho equipaje, incluida una sensación de decepción y desdén. Por ejemplo, “No, eso no funcionará”, “No, no tengo tiempo” o “No, no acepté eso”. Es una palabra improductiva que solo rebaja el ánimo de la persona que la escucha.
Entonces, evita esta palabra. Nunca digas “no” Incluso “tal vez” es mejor, como en “tal vez funcione” o “tal vez podamos intentarlo”. Aún mejor: “Intentémoslo”.
Las palabras importan. Y ser consciente de las frases que usa lo convertirá en un jefe mejor, más ilustrado y comprensivo en 2022 y más allá.