Resumen de la entrevista a Iban García, eurodiputado del PSOE participante en la creación de la ley europea de inteligencia artificial.
La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología que se basa en la acumulación de datos organizados por algoritmos, imitando y emulando la actividad humana. Utiliza patrones y soluciones para tareas que antes eran difíciles de abordar, con la capacidad de evolucionar por sí misma. La IA tiene un potencial explosivo y exponencial para realizar diversas funciones de manera autónoma.
La legislación en torno a la IA se vuelve crucial debido a su naturaleza. Esta tecnología puede generar beneficios significativos, pero también plantea riesgos inherentes. Es esencial asegurar que estos beneficios no se concentren exclusivamente en manos de grandes desarrolladores de tecnología. Además, desde una perspectiva política, se busca garantizar que los impactos positivos de la IA sean compartidos de manera equitativa.
El Proceso Legislativo:
El proceso legislativo en torno a la IA ha sido largo y complejo. Se inició en 2019 con la elaboración de principios éticos aplicables a la IA. En 2021, se presentó una propuesta legislativa en el Parlamento Europeo, basada en esos principios éticos. Durante casi dos años, el Parlamento trabajó en su propia propuesta, tratando de llegar a un consenso en torno a una tecnología que aún es difusa y presenta desafíos éticos.
Se formaron comités especiales para abordar diversos aspectos, como el impacto en el derecho civil o los usos en seguridad y militares. García coordinador de los socialistas y demócratas europeos fue parte de estos esfuerzos. La velocidad acelerada de la evolución tecnológica plantea desafíos adicionales, ya que los avances en la IA, como los modelos de lenguaje, pueden sorprender incluso a expertos.
La legislación sobre la IA busca abordar no solo los aspectos éticos y de riesgo inherentes a la tecnología, sino también la rapidez con la que se desarrolla, exigiendo reflexiones decisivas para el futuro. La necesidad de legislar se vuelve crucial para garantizar un desarrollo ético, equitativo y responsable de la Inteligencia Artificial.