Como sabemos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es un férreo creyente de los derechos humanos; aunque un poco menos de aplicarlos en la población que lo eligió (especialmente si se trata de mujeres). El ejemplo más representativo es la despenalización del aborto.
Después de que la despenalización en Argentina, AMLO aseguró que no es buena idea que se tome una decisión ‘desde arriba’. Es decir, el Estado rechaza meterse en la despenalización de derechos humanos fundamentales y le deja ese trabajo al pueblo mexicano, uno de los más conservadores, machistas y religiosos de América Latina. ¿Qué podría salir mal? Seguramente se guiarán por la ciencia y la razón.
“Es una decisión que tomaron en Argentina. En el caso de México, nosotros hemos sostenido que es un tema que debe de consultarse y en el cual deben de decidir libremente las mujeres y que no hay ninguna limitación para que se manifiesten quienes están a favor de estos cambios en la legislación”
Conferencia de prensa en vivo, desde Palacio Nacional. Jueves 31 de diciembre 2020 | Presidente AMLO
Recordemos que la despenalización del aborto no impone la obligación de abortar; pero el mantenerlo ilegal, sí impone maternidades no deseadas o pone en riesgo la vida de las mujeres que abortan en la clandestinidad, motivo de la desesperación y precariedad.
La ONU llama a despenalizar el aborto en todo el mundo: no hacerlo es una violación a los derechos humanos
Por allá del ahora lejano 2018, el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se posicionó con respecto a que la interrupción voluntaria del embarazo sea penalizada todavía en muchos países del tercer mundo. Dicho posicionamiento apareció en la “Observación General N°36“.
En este caso y respecto al aborto voluntario, el posicionamiento menciona que, los Estados parte pueden adoptar medidas diseñadas para regular las interrupciones voluntarias de embarazos, pero estas medidas no deben resultar en una violación del derecho a la vida de una persona embarazada o del resto de sus derechos. Es decir que las restricciones no deben poner en peligro sus vidas, someterlas a un dolor o sufrimiento físico o mental, discriminarlas o interferir arbitrariamente con su privacidad.
En el caso de México, en algunas ciudades el aborto ya está despenalizado por completo, mientras que en otros, la ley estipula que es legal sólo con ‘causales’. Por ejemplo, en el caso de que la vida de la madre corra riesgo si sigue con el embarazo. Incluso en algunos casos de violación, aunque esta es una causal que las autoridades suelen ignorar convenientemente. En estos casos, el Comité señala que el Estado tiene la obligación de proporcionar un aborto voluntario legal, seguro y gratuito en caso también de que llegar al término del embarazo pueda causar ‘un dolor o sufrimiento físico o mental’ para la mujer. Además, el gobierno no debe violar el derecho a la vida de la madre orillándola a recurrir a prácticas clandestinas. Y claro, queda estipulado que también debe proporcionarse la interrupción del embarazo sin violar la privacidad de la mujer gestante.
¿Y entonces qué sucede? Lo mismo de siempre: la vieja y confiable violación cínica a los derechos humanos.