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Amor, ¿quieres abrir la relación?

Nadia aún recuerda cuando viajaron a Pie de la Cuesta y Tomás le propuso abrir la relación. Se habían conocido en un bazar de la calle Orizaba. Ella estaba admirando una lámpara reciclada cuya base era un maletín de cuero envejecido. Tomás se acercó y preguntó el precio de la misma. Dos mil pesos. La compró ante el asombro de Nadia. Y se la regaló. “Solo tienes que comprar el foco”, le dijo. Nadia se quedó en silencio. Lo que vino después fue una historia de amor que ya dura cuatro años. Lo de Pie de la Cuesta fue un año más tarde de conocerse. Ya vivían juntos y la lámpara decoraba la sala que había decorado juntos.

“¿Qué entiendes por abrir la relación?”, preguntó ella con cierta incredulidad.

“Incorporar a otra gente para el sexo”, respondió él.

“¿Pero habría lugar al amor?”, cuestionó ella.

“Si no quieres, no”, dijo Tomás.

Después de esa conversación que tuvo lugar en la alberca del hotel de Acapulco, Nadia sacó el tema con su amiga Verónica. Le preocupaba que Tomás ya no sintiera lo mismo. Pero su amiga la tranquilizó. Incorporar a otra mujer u a otro hombre (a Tomás le daba igual el género) solo podría avivar el deseo, la pasión e incluso el amor.

Nadia aceptó. Los celos nunca fueron un problema. En su sueño nunca apareció Mateo. Qué extraño. Al final, sí surgió el amor, pero con otro hombre.

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Foto: Carolina Bello | Flickr (CC)