¿Han oído hablar de Ana? ¿Han oído hablar de Mía? Ana y Mía son mucho más que un simple nombre en clave para referirse a “anorexia” y “bulimia”. Son un estilo de vida, una manera de ver el mundo e incluso, algo parecido a un club social underground. Ana y Mia son las dueñas de un oscuro submundo de internet en el que pocos se adentran. Popularizadas en Estados Unidos, pronto dieron el salto a los países de habla hispana. ¿No me creen? Pruebe a buscar “blogs ana y mia” en google.
En este submundo, las adolescentes con trastornos alimenticios se dividen entre las que son Ana y las que son Mia. En sus blogs, o a veces también en foros, aunque estos son más fáciles de cerrar, cuentan sus objetivos (bajar de peso), los métodos que utilizan para lograrlo y se animan unas a otras para conseguirlo. Comparten todas ellas el deseo de ser gráciles y etéreas. Como mariposas. De ser princesas. Porque así es como se denominan a sí mismas: princesas.
Quod me nutrit me destruit, la frase que hizo famosa Angelina Jolie por lucirla en forma de tatuaje sobre su piel, es uno de los lemas de las princesas. Lo que me nutre, me destruye. Tienen otros: la comida, como el arte, es solo para mirarla; Nadie dijo nunca que fuera fácil llegar a ser una princesa. A través de los blogs estas adolescentes, normalmente muy jóvenes, se encuentran, intercambian surrealistas tips para adelgazar y vomitar y se animan unas a otras en su difícilmente comprensible carrera hacia la aniquilación corporal.
En estos blogs las adolescentes hacen amigas con las que “quedar” los fines de semana para “comer” (o sea, para ayunar en compañía), practican carreras de ayuno total y comparten fotografías de modelos y actrices a quienes admiran por su extrema delgadez, en un ejercicio que llaman “thinspiration” (del inglés, por la combinación entre las palabras “delgada” e “inspiración”) o simplemente “thinspo”. Un espacio donde, de momento, están a salvo de aquellos que quieren detenerlas en su “camino a la perfección”.
Para ellas, los blogs pro-ana y pro-mia son un espacio donde comunicarse y socializar, donde encontrar comprensión. Para muchos –y particularmente para las asociaciones de salud y los familiares implicados- son un peligroso señuelo que puede inducir a otras adolescentes a caer en estas enfermedades, generando un círculo vicioso. En base a esto último, muchos de los espacios virtuales pro-ana y pro-mia han sido cerrados en los últimos años, con o sin orden judicial. Pero ellas simplemente abren otro blog. Y los blogs siguen creciendo en número.
Hasta el momento, no se sabe con certeza si realmente estos blogs, que crecen como la espuma, tienen algún poder de influencia en otras adolescentes. Pero son sin duda preocupantes. Algunos creen que censurando el blog se acaba el problema, pero desde aquí pensamos que el blog es tan solo el medio de comunicación, y no la causa de estos desórdenes alimenticios. La verdadera causa de enfermedades como la anorexia y la bulimia nadie la conoce. Por el momento, no se ha podido demostrar que sea genética, aunque se reconocen algunos factores ambientales que pueden desatarlas. Hay quien propone, incluso, que tal vez no son más que el reflejo físico de las contradicciones de la sociedad en que vivimos. Pero ¿quién podría decirlo con seguridad?
para saber más sobre el tema les recomendamos este excelentísimo artículo de Guillermo Abril, Ana y Mia, Princesas de Internet
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