Aquella tarde del incendio, cuando el camión sin frenos se incrustó en tu casa, tu mamá gritaba:
¡Mi niña, está adentro, saquen a mi niña! Me quedé pasmado, viendo cómo el
fuego hacía tronar los cristales. Rato después supe que eras amiga de mi hija. En el hospital,
sonriente, nos dijiste que estarías bien. Tus pulmones no resistieron.
te recuerdo tan bonita, tan alegre, Laura, mi cobardía vuelve a quemarme. A ti te dedico lo que viene ahora:
Al señor gobernador Juan Sabines, con todo respeto:
No sé cómo le contaron a usted la historia que ahora se sigue contando ya no sólo en Chiapas. Se riega como polvorín por las redes virtuales. Y en todas se dice que fue una infamia, que su gobierno es injusto, insensible y represor. Me refiero al asunto de Héctor Bautista Flores, experto en software libre, que entre sus muchas labores capacitó a un grupo de periodistas independientes chiapanecos: Infochiapas.
A Héctor lo arrestó la policía estatal (vestidos de civiles) el pasado 3 de noviembre, sin una orden judicial y se llevaron también, del mismo modo arbitrario, su equipo de trabajo. Dos días después se informaba en diarios estatales y en la Radio y Televisión de Chiapas y medios nacionales sobre la captura de un enfermo mental, pornógrafo infantil…
Gobernador, hay dos versiones. La muy sospechosa, por el modo en que se dieron las cosas, que afirma que Héctor Bautista es un delincuente. La segunda, que dice que es víctima de una injusticia. Si la segunda es la verdadera, significa que el nombre de un Hombre de Chiapas, un Ciudadano de Chilón, un servidor del Pueblo ha sido pisoteado sin merecerlo.
Me dicen que no me inmiscuya, que el que mete las manos en el fuego sale chamuscado. Pienso en Poncio Pilatos, cuando se lavó las manos aun sabiendo que Jesús era inocente. Nunca más tuvo Pilatos un sueño sosegado. Su conciencia ya no le dejó dormir tranquilamente el resto de sus noches.
Me dicen que si publico mi enojo y mi tristeza podría pasarme lo mismo que a Héctor Bautista, o peor. Que podrían hacerme desaparecer del mapa de los despiertos. ¡¿Eso piensa la gente?! Dios mío, si eso piensa la gente es que las cosas están mal, muy mal. ¡Por su puesto que no sucederá! Al contrario. Será la gran oportunidad para que el gobernador de Chiapas limpie lo que este bochornoso asunto ha venido a ensuciar. Una oportunidad para que señale usted una investigación limpia y justa.
Señor, usted es el primero en la lista para velar por cada uno de los ciudadanos de Chiapas. Velar por nosotros, cuidarnos, protegernos en los días malos y contra toda injusticia. Es usted nuestro gobernador.
Si Héctor Bautista es un delincuente, la ley, en la forma que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes de Chiapas indican, debe ser castigado. Si Héctor no resulta ser lo que dicen sus captores que es, entonces deben pedirle perdón públicamente y deben recibir castigo los que abusaron de él, los que provocaron desvelos y lágrimas en sus seres queridos.
Me dicen que si hago pública mi indignación podría desaparecer Radiombligo. ¡Qué locura pensar en eso! ¿Harían desparecer el proyecto cultural que más ha enriquecido a la sociedad chiapaneca en los últimos 9 años, según cartas postales y electrónicas de miles y miles de radioescuchas, sólo porque pido una investigación limpia a lo que considero una injusticia? ¿No busca el gobierno que haya justicia? ¿Se difunde en vano, a través de la radio estatal, los valores, como Honestidad, Coherencia, Justicia, Unidad, etcétera?
¿Harían desaparecer Radiombligo, que ha dado a Chiapas 6 reconocimientos internacionales: tres primeros lugares en la Bienal Internacional de Radio y el Coming up Taller Award, que otorga el Gobierno de los Estados Unidos, a los mejores programas que difunden las Artes y las Humanidades entre niños y jóvenes, galardón que recibimos en la Casa Blanca, de manos de la Primera Dama de los Estados Unidos Americanos, Michelle Obama, por proteger la integridad de un hombre trabajador, a quien creo limpio de lo que se le acusa?
Radiombligo es del pueblo, de los niños, es el rostro infantil de la radio pública. Somos, los que ahí trabajamos, igual que el gobernador, servidores de los chiapanecos. El premio más reciente Sabines en sueños, donde el poeta Jaime Sabines nos habla desde una playa, fue la propuesta más aplaudida por las radios de México y del mundo que estuvieron presentes en el Centro Nacional de las Artes, el pasado 9 de octubre. ¡Qué orgulloso me sentí, hasta las lágrimas, de saber que ese aplauso era para Chiapas, que nuestros niños tienen lo que no tienen, en música y literatura, a través de la radio, niños de ninguna otra parte del orbe.
Señor gobernador Juan Sabines le pido que tome cartas en el asunto. He aprendido de mis guías espirituales y de las Sagradas Escrituras a honrar a mis autoridades. Yo quiero honrarlo en esta carta, al pedirle que no permita que se enturbie más el panorama, que es enturbiarle a usted su gestión y su nombre y su historia. Me dicen que tenga miedo. ¿No debo, antes, tenerle respeto y admiración por sus buenas decisiones?
Si Héctor Bautista forma parte de un grupo de periodistas independientes, críticos e inteligentes ¿hay algo malo en ello? ¿No son necesarios en toda democracia? Los colaboradores serviles, los que sólo dicen alabanzas; los periodistas serviles, los que sólo buscan estar bien con el gobernador, de poco ayudan para que una administración tenga límites y pueda crecer y madurar en la pluralidad de opiniones. Y terminan,
a la vuelta del tiempo, por menospreciar al que antes adulaban.
Y porque el nombre de Héctor fue públicamente denostado, también hago pública esta mi petición, a través del Internet. La envío, también, como un gesto de gratitud, a mis maestros periodistas, que tanto me enseñaron los años que viví en la ciudad de México. A mi pastor y a mis amigos. Que ellos me digan si hice bien o si hice mal y perdonen no haberles consultado antes lo mi conciencia me obligaba a escribir con presteza.
Y en la celeridad, lo sé, hay también mucha torpeza.
Con mi corazón palpitando en la yema de mis dedos, hoy martes, 9 de noviembre de 2010,
Raymundo Zenteno, director de Radiombligo