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BAJO EL EFECTO DOPPLER.

Najwa Nimri: crónica de un amor en el vacío.


sentí el viento en la cara
vi a los lobos
pasar entre la oscuridad
intenté respirar
y me puse a temblar

pasarás sin ser visto,
y te encontraré
escoltado por tus guardianes,
yo te encontraré
como un animal desesperado,
yo te encontraré

Nawja.

Todo empezó como una explosión de partículas sub atómicas que se movían por encima de la velocidad de la luz. Un roce constante y alterado de moléculas inmersas en un calor infinito, cuyo único objetivo era dispersar todo cuanto estaba a su alcance, fragmentando y regando por el espacio pequeñas esquirlas de sentimientos y emociones que se desprendían de un cuerpo inerte y sin voluntad.

El adiós derrumbo todo cuanto estaba a su paso, sacudió ventanas, arranco arboles, inundo recuerdos, desgarro pensamientos, devasto ciudades enteras dejando solo el frágil sabor del  olvido.

Apenas pudimos parpadear, emitir de manera involuntaria un ligero sonido, una especie de dolor que se escapaba a cuenta gotas por la abertura de los labios.

¿Que queda después del amor?

¿El vacio? ¿Una ligera llovizna que se extiende por las calles empedradas de la memoria? ¿Una pálida sombra de un ser etéreo que se disuelve con el incesante paso del tiempo? ¿Un rostro que poco a poco va perdiendo su color, su brillo, y se evapora como agua estancada en la orilla  de la puerta?

La música de Najwa Nimri es una añoranza de amor inconcluso, es esa carrera interminable hacia un objetivo que se diluye, que se pierde en la nada. Una evocación  hacia lo que pudo ser, hacia lo que fue y difícilmente volverá. No es un canto, es una plegaria a la sensibilidad más profunda del corazón, de un corazón humano, frágil, confuso, contradictorio, animal, desbordado en todos sus alcances, y que encuentra la mortalidad en la culminación de sus pasiones.

Esta artista española y de origen jordano, nos lleva con su música, a vagar por aquellos recónditos lugares del amor, de ese sentimiento que no perdona, que no respeta credo, posición social, ni religión que se expande por el cuerpo como una toxina que se traslada en nuestra sangre y cuya adicción nos hace vulnerables pero a la vez indestructibles.

NAJWA significa Éxtasis en árabe. Quizás esa sea la clave para poder entender su música, para comprender las letras de sus canciones y dejarnos conquistar por esa voz que nos arrulla y nos acaricia de manera tan sutil como el viento en una tarde  nublada.

Ahora en día en que todo luce tan impersonal, donde la apatía se apodera de los edificios, de los restaurantes, de los museos, de la sala de espera, del pasillo de la escuela, del interior del taxi, de la estación del metro, de la mirada del otro y de todo cuanto nos rodea y habita, resulta verdaderamente reconfortante encontrar a alguien que nos brinda parte de sí, que se entrega de manera inobjetable a su arte, a su deseo mas intimo para deleitarnos con  un poco de su paraíso perdido.

Damas y caballeros con ustedes

NAJWA NIMRI

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