Se llama Daniel Díaz, conduce un taxi en Madrid y tiene un blog donde cuenta sus aventuras y reflexiones. En 2006 ganó el premio al mejor blog 20 minutos –fue a raíz de eso que fue invitado por el diario 20 minutos a migrar su blog a las páginas del diario- y en 2009 publicó un libro que se llama como su blog (Ni libre ni Ocupado) donde recoge algunas de sus historias. Vaya, esto último lo supongo, porque no he tenido oportunidad de encontrar su libro en ningún lado (¿será porque estoy en México?). En cambio, si he leído su blog –donde Daniel continúa publicando casi a diario- y me he enternecido con las historias que cuenta desde su observatorio del mundo, o sea, su taxi.
Se define a sí mismo como “taxista, o taxidermista (según la piel del viajante). Escritor a tiempo parcial y lector insaciable de espejos a jornada completa. Licenciado en Espejología del Profundismo por la Universidad Asfáltica de Madrid (UAM)”. Daniel cuenta la vida desde su taxi. Observador atento, siempre sensible a las vidas y las situaciones de los extraños que suben y bajan de su taxi, Daniel nos recrea con historias minimalistas que resuenan en el corazón del lector. Siempre curioso, Daniel espía las vidas de sus pasajeros e interviene en las conversaciones cuando lo juzga necesario. Así, con sus “taxibromas” y sus ingeniosas aportaciones, Daniel se convierte no solamente en testigo sino en hacedor de una realidad sorprendente. Otras veces, resignado, se retrae en su papel de observador crítico y nos revela la cruda humanidad de los seres humanos
Era muy guapa, muy elegante, muy muy.
Al apearse del taxi reparé en un pequeño objeto que había dejado olvidado sobre su asiento. No era más que uno de esos botecitos de farmacia; unas gotas. Su etiqueta rezaba: “Dacrolux”.
¿Para qué servía?. Al llegar a casa, sumido en el recuerdo de su instante, busqué en San Google… “Dacrolux”… (Intro)…
“www.lafarmacia.es: Dacrolux 10 ml. Lágrimas artificiales”.
Era muy guapa, muy elegante, muy muy. Pero no sabía llorar.
[Ni Libre ni Ocupado]
Daniel es un buen escritor. Un gran escritor. Sabe medir sus palabras para que la historia y el personaje sean siempre lo más importante y no cede a la queja fácil ni al sentimentalismo barato. Alguna vez dijo en su blog que él necesita su taxi para escribir sus historias. Que no podría escribirlas sin él. Pero yo creo que no es cierto, que lo dice por pura modestia, tal vez para no levantar sospechas entre los grandes escritores (que no conducen un taxi, ni se manchan gustosamente las manos de realidad). O quizá lo dice porque a él le gusta su trabajo y no quiere dejarlo. Pero en cualquier caso, yo creo que donde sea que él esté, donde sea que trabaje, Daniel continuará siempre observando el mundo con ojos voraces y regresará a su blog para contarnos sus increíbles descubrimientos. Porque la humanidad es algo sorprendente y Daniel sabe contarla. Y ¿quién dijo que la vida era aburrida o triste?
Lean a Daniel Díaz en https://blogs.20minutos.es/nilibreniocupado
Altea Gómez
Foto: Alenarte Revista