Quan Chi y Kano amaban a Sonya. Nada les importaba el futuro que los dioses tuvieran previsto. Por ella se batieron con los más feroces luchadores, hasta quedar enfrentados el uno al otro. Todo lo hacían por obtener su atención. No sabían que la desaparición de Blaze la había convertido en la más poderosa de Edenia. Ni que los poderosos prefieren morir antes que compartir su poder. Lo supieron cuando la vieron, en la cima de la pirámide, enfrentando al dios del trueno con tal energía, que su cuerpo se pulverizó en una explosión, creando una onda expansiva que destruía todo a su paso. Sólo entonces comprendieron que la lucha, como vaticinaron los dioses, estaba terminando y que ellos tampoco vivirían la nueva era de paz.
-No má, vos no entendés. No se pueden morir todos. Si nó ¿contra quién vamos a luchar en la próxima versión del juego?
Claudia Sánchez escribe desde Buenos Aires, Argentina. En su blog reúne minificciones y minirrelatos. ¡Visítalo!
Imagen: Eamonn Ryan