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¿Cómo afecta el coronavirus a las embarazadas?

Tener un bebé ya es suficientemente estresante sin una pandemia provocada por el COVID-19 y toda la desinformación que envuelve al coronavirus. Por lo tanto, si está embarazada o va a dar a luz pronto, conviene acudir a fuentes fidedignas como la Organización Mundial de la Salud. (Nota: En España, las instituciones más fiables son la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y el Ministerio de Sanidad).

A continuación, le mostramos las principales pautas para proceder correctamente si se encuentra en período de gestación:

Se trata de un virus desconocido

Al tratarse de una enfermedad provocada por un virus nuevo, cada día aprendemos algo sobre el COVID-19. La mayoría de las mujeres embarazadas son jóvenes y presentan un buen estado de salud, por lo que tienen menos probabilidades de verse afectadas de gravedad (sin duda, una buena noticia). En cualquier caso, también se debe atender al estado del bebé, lo cual puede complicar ligeramente la situación.

Un bebé nacido hace unos días en Reino Unido dio positivo a las pruebas del COVID-19. La madre estaba infectada, por lo que no se sabe con certeza si el bebé fue contagiado en el útero (lo cual parece improbable) o tras nacer (la opción más plausible).

Hasta donde alcanza nuestro conocimiento, el bebé se encuentra en perfectas condiciones y la madre está recibiendo tratamiento. Los demás bebés con COVID-19 de los que hemos tenido constancia han mostrado síntomas muy leves y una recuperación óptima.

De la experiencia de China a las recomendaciones de la OMS

Hasta la fecha, gran parte de la información de la que disponemos acerca del COVID-19 procede de China. Fue en el país asiático donde se llevó a cabo uno de los primeros estudios, en el que participaron únicamente nueve mujeres embarazadas que padecían la enfermedad.

A todas estas mujeres se les practicaron cesáreas. Los procedimientos se desarrollaron según lo previsto y tanto las madres como sus bebés se recuperaron satisfactoriamente. El estudio reveló que ninguno de los recién nacidos parecía tener COVID-19 y que el virus no estaba presente en su organismo, en la leche materna o en cualquier fluido. No está claro, sin embargo, por qué los bebés nacieron por cesárea. China presenta unas cifras de cesáreas muy elevadas, lo cual, a pesar de que no es lo más recomendable, pudo haber influido en la respuesta de los sanitarios.

Las nuevas pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud indican que:

No existe evidencia alguna de que las mujeres embarazadas presenten síntomas distintos a los conocidos o se enfrenten a un riesgo mayor de sufrir una enfermedad grave. Hasta ahora, no se han producido transmisiones maternoinfantiles cuando la infección se manifiesta en el tercer trimestre del embarazo (…). La OMS recomienda practicar cesáreas únicamente en casos justificados.

¿Por qué las mujeres embarazadas no poseen un mayor riesgo de sufrir COVID-19?

Las mujeres embarazadas suelen ser más susceptibles a los virus que provocan problemas respiratorios, como la gripe. Esto se debe a que su sistema inmune se ve debilitado, sus pulmones se comprimen y precisan de niveles de oxígeno más elevados.

No obstante, no parece ser el caso del COVID-19. Un análisis realizado a 147 mujeres que padecían la enfermedad arrojó que solo el 8 % experimentaba consecuencias graves, mientras que el 1 % se encontraba en estado crítico, cifras más bajas que la media mundial.

La reducción de la respuesta inmune durante el embarazo, necesaria para impedir que el organismo de la mujer reaccione al bebé como si se tratara de una amenaza, podría otorgar una protección adicional frente al COVID-19. La enfermedad parece afectar en mayor medida a pacientes con un sistema inmune bajo por otros trastornos de salud.

Los hombres se ven perjudicados en un mayor grado que las mujeres por el COVID-19, a lo que se suma que estas tienen una menor probabilidad de enfermar de gravedad y fallecer. Hasta la fecha, las cifras de mortalidad se sitúan en un 1,7 % en el caso de las mujeres y en un 2,8 % en el de los hombres.

Sin embargo, el avance de la pandemia podría producir la alteración de estos datos. Las mujeres conforman la mayoría del tejido sanitario, mientras que las redes de cuidados permanecen en contacto, por lo general, con más gente enferma.

Procure toser y estornudar hacia el codo para reducir el riesgo de contagio de los gérmenes.
Shutterstock

¿Cómo pueden protegerse (y proteger a los demás) las mujeres embarazadas?

Las mujeres embarazadas deben adoptar las mismas medidas que el resto de la población. Estas incluyen:

Cubrirse la boca al toser (y hacerlo en la sangradura del codo).

Evitar entrar en contacto con gente enferma.

Mantenerse alejadas de personas que presentan síntomas.

Lavarse habitualmente las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos con alcohol.

Eludir las reuniones concurridas.

Se recomienda evitar viajar al extranjero, ya que sería necesario recluirse posteriormente (Nota: Algunas de estas medidas ya se están llevando a cabo en países como Italia o España).

Las mujeres que crean haber contraído el virus pueden hacer una consulta telefónica (Listado de números autonómicos de información sobre COVID-19) o con un especialista con el fin de evitar la visita presencial. Las mujeres embarazadas y las que han dado a luz recientemente gozan de prioridad en este tipo de servicios.

Si se encuentra confinada en casa a petición de las autoridades o padece la enfermedad, contacte con su matrona u obstetra y siga sus recomendaciones. Además:

Se deberá avisar al centro que controle el embarazo de que se encuentra en situación de aislamiento.

Deberá avisar al centro correspondiente antes de acudir a las citas programadas.

Se le recomendará no acudir a urgencias si no es estrictamente necesario. En este caso, se avisará de la situación de embarazo antes de acudir

¿Cuál es la postura respecto a las visitas al hospital previas al nacimiento y para dar a luz?

Si dispone de fecha programada para el parto en un hospital o una maternidad, quédese tranquila: la precaución para minimizar el riesgo de infección es máxima. La mayor parte de las veces, el parto tendrá lugar con total normalidad. De nuevo, volver cuanto antes a casa sería lo ideal siempre que tanto usted como el bebé se encuentren en perfectas condiciones.

Por último, tenga en cuenta que restringirán las visitas e incluso la cantidad de allegados que podrán estar a su lado con el fin de reducir el riesgo.

¿El bebé puede contraer el COVID-19 en el vientre de su madre?

La placenta actúa como un filtro sumamente eficaz para proteger a los bebés de cualquier daño que puedan sufrir. Hubo una excepción, sin embargo: el virus del Zika fue capaz de atravesar esa barrera.

No hay evidencias científicas que indiquen que el coronavirus pueda producir complicaciones adicionales. Aun así, si la mujer estuviera enferma (si presenta fiebre o tiene neumonía, por ejemplo), es probable que los médicos provoquen un parto prematuro si lo considerasen necesario.

En cualquier caso, un diagnóstico de COVID-19 no debería precipitar la decisión de adelantar el parto, a menos que la terminación del embarazo resultase beneficiosa para la madre atendiendo a su estado general de salud.

Asimismo, tampoco existe evidencia alguna que pueda hacer pensar que el COVID-19 incremente la probabilidad de sufrir un aborto espontáneo. Aún es pronto para determinar la posible existencia de otros efectos que pudieran afectar al bebé a largo plazo.

¿Qué debo hacer tras dar a luz?

Los beneficios de dar el pecho son tan significativos que la OMS aconseja hacerlo durante la primera hora de vida del recién nacido. Si el bebé está en buenas condiciones, se recomienda el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento.

Si el bebé está en buenas condiciones, se recomienda el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento.
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Si la madre no se encuentra en condiciones de hacerlo por sí misma, debería obtener ayuda externa para la extracción de la leche. El amamantamiento es especialmente eficaz contra las enfermedades infecciosas, ya que se produce una transmisión de anticuerpos y de otros elementos inmunes importantes para el bebé. Si la mujer o el recién nacido sufren una infección, la composición de la leche materna puede verse modificada, incluso, para incrementar la cantidad de componentes esenciales para ayudar a combatir la infección del pequeño. Por lo tanto, si pensaba dejar de dar el pecho a su hijo, quizá sea buena idea continuar hasta que la pandemia toque a su fin.

La OMS recomienda a las mujeres que padecen el COVID-19 que se laven las manos antes y después de estar en contacto con el bebé, así como animan a llevar mascarilla si presentan síntomas (como puede ser la tos) y a limpiar y desinfectar periódicamente las superficies que hayan tocado.

¿Qué más puede hacer?

Cuando se acerque la temporada en la que la gripe estacional se manifiesta con mayor intensidad, procure vacunarse, ya que es una medida que aporta seguridad durante el embarazo. La vacuna no entraña riesgo alguno para la salud del bebé. Si bien no ofrecerá protección frente al COVID-19, sí lo hará contra la gripe, la cual puede ser especialmente perjudicial durante el embarazo. Lo último que cualquier desearía sería tener que pasar la gripe y el COVID-19 al mismo tiempo.

Sobre todo, no pierda la calma y póngase en contacto con su matrona o su médico si le preocupa la situación que estamos atravesando.


Artículo traducido gracias a la colaboración con Fundación Lilly.



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Hannah Dahlen recibe fondos del NHMRC y del ARC. Hannah es miembro del Australian College of Midwives

David Ellwood recibe fondos del NHMRC y del MRFF.

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