Quizá has escuchado que existe un reducción en la población de abejas y otros insectos
Con este gran idea que comparten en Jardineamos, podrás crear un hotel de insectos que sirva de refugio y hogar de abejas, catarinas y más especies que ayuda a polinizar al planeta y contribuir a recuperar su población:
Además de las abejas, existen otros polinizadores importantes (ciertas avispas, abejorros, sílfidos) y también especies muy útiles para acabar con las plagas de forma ecológica y favorecer la biodiversidad (crisopas, mariquitas, tijeretas, también las avispas). Un equilibrio entre especies animales y vegetales que solo te traerá ventajas.
Y ahí es donde entra en juego el hotel para insectos. Un refugio para que las especies polinizadoras (sobre todo abejas y avispas solitarias) tengan un hogar donde construir sus celdas y criar su descendencia; y donde los insectos “anti plagas” se protejan del frío y las lluvias en otoño e invierno. El objetivo no es otro que ponérselo fácil y cómodo para que estos aliados de tu jardín decidan quedarse contigo, contribuyan al equilibrio ecológico (minimizan el uso de pesticidas) y te aporten numerosos beneficios.
Qué es un hotel de insectos
Se trata de una estructura, generalmente de madera, con distintos compartimentos o pisos pensados para albergar a diferentes especies de insectos, con diferentes necesidades y tamaños. Estas “habitaciones” pueden contener piñas, trozos de corteza, cañizo, troncos de madera perforados, bloques de arcilla o ladrillos rellenos de tierra y heno, cañas de bambú… Cada especie tiene sus preferencias a la hora de elegir su alojamiento.
Se puede fabricar el hotel de insectos casi con cualquier material; y si es reciclado, mejor. También puede tener el tamaño y la forma que queramos, desde medio metro de altura a más de dos. Lo importante es que las “habitaciones” sean las más adecuadas para cada huésped.
Qué tipos de insectos son los huéspedes más habituales
Conviene aclarar que la función del hotel de insectos no es atraerlos a tu jardín o terreno, sino facilitar que los que ya están se queden todo el año y no busquen refugio en otras zonas. Esto vale tanto para los polinizadores como para los devoradores de plagas. A continuación te comentamos los más comunes:
Mariquitas
Son las grandes devoradoras de pulgones, una de las plagas más habituales y molestas que encontrarás en tu jardín o en tu huerto. El hotel les dará refugio durante el invierno.
Crisopas
Especie de mosca parecida a la libélula cuya larva se alimenta de plagas como la mosca blanca, el pulgón e incluso la cochinilla.
Abejas solitarias
Existen más de 25.000 especies de abejas, y la mayoría de ellas son solitarias; no viven en panales, como sí hacen las melíferas (las más comunes), pero son igualmente polinizadoras, y por tanto vitales para que flores, cultivos y plantas fructifiquen.
Avispas solitarias
También polinizan; pero, al contrario que las abejas, sus larvas no necesitan néctar sino que son carnívoras, se alimentan de orugas, gorgojos y otras pequeñas o grandes plagas. Eso convierte a las avispas adultas en letales cazadoras y a sus larvas en un eficaz plaguicida.
Sílfidos
Esta mosca de las flores es otro gran aliado que no puede faltar en tu jardín. En su estado adulto son buenas polinizadoras y las larvas son grandes devoradoras de plagas.
Otros posibles huéspedes pueden ser escarabajos, abejorros, arañas, tijeretas y diversos dípteros.
Construir tu propio hotel de insectos es muy fácil
Hay tantos tipos de hoteles como quieras, en tamaños, formas y materiales; incluso los tienes ya fabricados, a la venta en tiendas de jardinería o internet. Pero nosotros creemos en la satisfacción del “hazlo tú mismo”, así que te vamos a proponer un modelo fácil, de cuatro pisos más ático, construido con materiales reciclados que puedes encontrar en casa o en el campo.
Primero, la ubicación
Construye tu hotel directamente en el lugar donde hayas decidido ubicarlo. Una vez rellenos los pisos es posible que pese demasiado.
Para evitar la humedad y la tentación a ciertos depredadores, coloca la estructura en un lugar elevado, a unos 30 cm del suelo por lo menos.
El hotel debe quedar protegido del viento y estar orientado al sur. Y será más eficaz si está junto al huerto o cerca de flores que atraigan a estos insectos.
Después, la estructura
– Corta unas tablas de palet para crear cajones de unos 40 x 40 cm abiertos por delante y por detrás. Tantos como pisos quieras hacer, separados por unos 10 cm de altura y bien fijados unos a otros con tornillos (mejor que clavos).
– Cada piso lo puedes dejar diáfano o dividirlo en dos o tres partes, utilizando maderas verticales a modo de paredes.
– Corta dos maderas un poco más anchas, de unos 45 cm, para el tejado. Fíjalas a la estructura colocadas una contra otra, formando un ángulo de 90 grados. Puedes cubrirlo de pizarra o zinc, para que sea más impermeable.
– En la parte trasera de la estructura puedes clavar una malla de gallinero, para sujetar el “relleno” de cada piso.
Por último, los pisos
– En el primer piso podemos almacenar piñas secas, todas las que quepan, bien apretadas. Les encantan a los escarabajos, las tijeretas y las mariquitas. Cerramos con malla también por delante.
-El segundo piso lo rellenamos completamente –a presión- con ramas gruesas o pequeños troncos, de unos 4-5 cm de grosor y 40 cm de largo (la profundidad de la estructura). En la parte frontal de cada rama taladramos tres o cuatro agujeros, de diámetros variados, para que se puedan cobijar insectos de diferentes tamaños.
-Lo mismo haremos en el tercer piso, pero con cañas o bambú, también de diferentes diámetros y bien apretadas. Será el hogar ideal de crisopas, avispas, abejas y mariquitas.
-En la última planta, el ático, podemos colocar macetas de barro con paja o cilindros de cartón, enrollados de manera que queden recovecos entre los pliegues. Tantos cilindros como quepan, a presión.
Como hemos dicho antes, el contenido de los habitáculos puede ser de lo más variado: trozos de corteza, cañizo, bloques de arcilla o ladrillos rellenos de tierra y heno, astillas, paja, virutas de embalaje, esterillas de caña, tallos de zarza…
Y ya está. Un maravilloso hotel de lujo para una amplia variedad de agradecidos huéspedes, que estarán felices en su nuevo hogar.
Fuente: Jardineamos