A diferencia de otras aplicaciones su origen no es el Sillicon Valley si no un país bastante críptico como Arabia Saudita y a pesar de tener millones de usuarios solo tienen 3 empleados que se están enfrentando a un éxito desmedido y a las primeras quejas del servicio por bullying y amenazas. Sarahah nació con la idea de poder hacer criticas a tu jefe de manera “constructiva” y anónima pronto mostró el potencial de usarse en todos los círculos sociales y luego que Snapchat permitiera compartir links en su plataforma Sarahah se expandió rápidamente desde el Medio Oriente a todo el mundo.
¿Cuál es el problema?
El usuario tiene la facilidad de controlar quién entra a los grupos de mensajes a través del envío de un link. El problema inicia cuando los enlaces llegan a personas desconocidas.
Otro factor que pone en riesgo la seguridad de los interesados es el poco personal que tiene Sarahah en sus oficinas, pues apenas son tres empleados para una compañía que alcanzó en julio pasado 3.88 millones de descargas en 30 países.
Como era de esperarse, la popularidad atrajo a personas indeseables. Más de un usuario de Sarahah compartió screen shots donde una persona anónima los acosa sexualmente, insulta o amenaza y peor aún, la aplicación no permite responder a las críticas ni conocer el perfil de las personas que los atacan, por lo que se vuelve imposible denunciar estos actos.
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