Rusia está construyendo líneas defensivas a gran escala en preparación para una posible contraofensiva de Ucrania.
Estas líneas defensivas son especialmente sólidas en la parte suroeste de la región de Zaporizhzhia, donde se espera que ocurra el principal ataque ucraniano.
Las defensas se extienden a lo largo de todo el frente, incluyendo Crimea y el territorio ucraniano ocupado.
Estas defensas incluyen trincheras, bunkers, puntos fuertes, refugios para infantería y vehículos, fosos antitanque, barreras de hormigón en forma de dientes de dragón y campos de minas, aprovechando también las características del terreno y del agua.
Estas líneas defensivas representan un desafío difícil de superar cuando están debidamente custodiadas.
Existe debate sobre la capacidad de Rusia para custodiar adecuadamente todas las líneas defensivas a lo largo de los 800 kilómetros del frente. Es probable que las grandes formaciones rusas deban retroceder hacia posiciones preparadas de manera coordinada.
Aunque las defensas pueden permitir a Rusia resistir en áreas clave, podrían retrasar lo suficiente a las fuerzas ucranianas como para permitir la llegada de refuerzos rusos.
Las defensas en las regiones de Kharkiv y Luhansk incluyen un cinturón sólido a cierta distancia del frente actual, así como una nueva capa de defensas en el norte de Luhansk y Kharkiv.
En Donetsk, las defensas han estado en construcción durante casi 10 años, convirtiendo a la región y sus alrededores en una fortaleza difícil de atacar.
En las regiones occidentales de Donetsk y oriental de Zaporizhzhia, las líneas defensivas son más dispersas y dependen más de las características del terreno. Aunque podrían estar menos custodiadas, las fuerzas rusas podrían retroceder a posiciones detrás de ellas para ralentizar el avance ucraniano.
Infografía: @bradyafr
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