Estos días un documental de la Televisión Española (TVE) “Comprar, tirar, comprar” se ha vuelto un auténtico video viral gracias a su excelente realización.. y a que alguien lo publicó en YouTube por lo que se ha copiado y se ha multiplicado, dándole popularidad. Algunas de esas copias -que luego han sido removidas- han alcanzado las 900 mil reproducciones en pocos días… lo medios tradicionales no alcanzan a ver que internet puede ser un excelente canal de difusión en lugar de censurar… pero bueno, esa es otra historia.
En el documental se nos muestra lo que hay detrás del diseño de productos de consumoy su famoso “ciclo de vida” que no es otra cosa que la obsolescencia programada en la que productos como celulares o impresoras tienen programa una duración con tal de que los renueves cada cierto tiempo, a fin de asegurar el ciclo del mercado. Un trabajo que nos recuerda “La Historia de las Cosas” un excelente documental de 2009 que aborda también el tema de la obsolescencia programada.
¿Pero qué consecuencia tiene esto para el medio ambiente?. ¿A dónde va a parar toda esta basura tecnológica? ¿De verdad necesitamos renovar cada año teléfono, autos y refrigerador?
Contiene datos curiosos como el foco que lleva mas de 100 años encendido, los electrodomésticos de la extinta Unión Soviética que eran diseñados sin pensar en el mercado y duraban 20 o 30 años funcionando y el caso de la demanda colectiva contra Apple por su batería limitada de los iPods que hacía dejasen de funcionar sugiriéndote comprar uno nuevo:
Baterías que se ‘mueren’ a los 18 meses de ser estrenadas, impresoras que se bloquean al llegar a un número determinado de impresiones, bombillas que se funden a las mil horas… ¿Por qué, pese a los avances tecnológicos, los productos de consumo duran cada vez menos?
Rodado en Catalunya, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana, Comprar, tirar, comprar, hace un recorrido por la historia de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo porque, como ya publicaba en 1928 una influyente revista de publicidad norteamericana, “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”.
El documental, dirigido por Cosima Dannoritzer y coproducido por Televisión Española, es el resultado de tres años de investigación, hace uso de imágenes de archivo poco conocidas; aporta pruebas documentales y muestra las desastrosas consecuencias medioambientales que se derivan de esta práctica. También presenta diversos ejemplos del espíritu de resistencia que está creciendo entre los consumidores y recoge el análisis y la opinión de economistas, diseñadores e intelectuales que proponen vías alternativas para salvar economía y medio ambiente
Una bombilla en el origen de la obsolescencia programada
Edison puso a la venta su primera bombilla en 1881. Duraba 1500 horas. En 1911 un anuncio en prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2500 horas. Pero, tal y como se revela en el documental, en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se llamó Phoebus y oficialmente nunca existió pero en Comprar, tirar, comprar se nos muestra el documento que supone el punto de partida de la obsolescencia programada, que se aplica hoy a productos electrónicos de última generación como impresoras o iPods y que se aplicó también en la industria textil con la consiguiente desaparición de las medias a prueba de carreras.
Consumidores rebeldes en la era de Internet
A través de la historia de la caducidad programada, el documental pinta también un fresco de la historia de la Economía de los últimos cien años y aporta un dato interesante: el cambio de actitud en los consumidores gracias al uso de las redes sociales e Internet. El caso de los hermanos Neistat, el del programador informático Vitaly Kiselev o el catalán Marcos López, dan buena cuenta de ello.
África, vertedero electrónico del primer mundo
Este usar y tirar constante tiene graves consecuencias ambientales. Tal y como vemos en este trabajo de investigación, países como Ghana se están convirtiendo en el basurero electrónico del primer mundo. Hasta allí llegan periódicamente cientos de contenedores cargados de residuos bajo la etiqueta de ‘material de segunda mano’ y el paraguas de una aportación para reducir la brecha digital y acaban ocupando el espacio de los ríos o los campos de juego de los niños.
Más allá de la denuncia, el documental trata de dar visibilidad a emprendedores que ponen en práctica nuevos modelos de negocio y escucha las alternativas propuestas por intelectuales como Serge Latouche, que habla emprender la revolución del ‘decrecimiento’, la de la reducción del consumo y la producción para liberar tiempo y desarrollar otras forma de riqueza, como la amistad o el conocimiento, que no se agotan al usarlas.