Una escultura icono de Playa del Carmen es el Portal Maya, con su imponente tamaño y belleza da la bienvenida a todos aquellos que visitan la zona.
Era el 21 de diciembre de 2012, la fecha en la que según la profecía maya habría un cambio de katún o, como muchos le llamaban, sería el fin del mundo.
La gente estaba congregada entre la fina arena del Caribe mexicano, a la expectativa de que la naturaleza se abriera y dejara ver un espectáculo de destrucción e impotencia. Por suerte no sucedió eso. Lo único que pudimos ver fue una estatua, diseñada por Arturo Tavarez, que se convertiría en el icono de una nueva época para la vida, el turismo y la historia de Playa del Carmen.
Playa del Carmen se declaraba con esta escultura, preparada para una nueva era, en la que el encanto y el misterio de la selva maya, la tradición con un toque de modernidad, se enarbolaban en el Portal Maya, nombre de la escultura, como un mensaje de solidaridad y crecimiento entre los pueblos originarios y el resto del mundo.
Significado del monumento
Dos figuras se levantan para crear una referencia al juego de pelota, un ritual que se hizo característico entre los habitantes de este maravilloso lugar.
Con nueve metros de altura, dos gigantes, un hombre y una mujer se toman de la mano para crear el nuevo ciclo, un ciclo de luz que llega a representar la esperanza.
Una espiral de viento y una espiral de agua, demuestran que en Playa del Carmen, siempre surge lo mejor de cada uno.
El portal maya no es un espacio en el que se cierra el mundo, al contrario, es una puerta abierta a los visitantes y a la gente que ha construido, con su trabajo, este destino turístico que se volvió símbolo de prosperidad en la península de Yucatán. Es una forma de invitar a los lugareños y a los visitantes para que se conviertan en parte de una historia que no se ha terminado de acabar.
Vía Happy Address