“Sin fechas no puede girarse una orden de arresto”
“Es muy importante que la menor ubique fechas, horas y lugares”
“Debe de aprender a contestar el interrogatorio de la manera mas clara posible”
¡Quédense con su interrogatorio, con sus fechas, horas y lugares! Yo me doy por vencida…
Y no lo hago por mí, si solo fuera mi pellejo estoy cierta que seguiría hasta las ultimas consecuencias, pero en medio de toda mi rabia y de mi deseo de venganza o de justicia como lo queramos ver está lo mas importante que es mi hija.
Ella ya no quiere ir al juzgado, no quiere contestar unas preguntas tan duras y no quiere decir mentiras de fechas que no reconoce y respeto su desición.
En fin, soy un caso mas, me declaro incompetente, me doy por vencida, me quedo llena de impotencia y de rabia con esta justicia tan dispareja.
Yo sé que podría seguir adelante y llevar el caso a tribunales superiores y posiblemente ganar, pero… ¿a qué costo? ¿Cuantos años va a tener mi hija que contar todas las asquerosidades de las que fue víctima?
Lo que se gana en semanas de terapia se pierde en un día en el juzgado y no estoy dispuesta a seguirlo permitiendo.
Desde que sabe que ya no tiene que ir nunca más dejo de orinarse en la cama y ya duerme en su propio cuarto.
La terapia le ha funcionado muy bien, está intentando ser niña de nuevo, tener amiguitas, jugar con su bicicleta, ser una niña normal. Para todos aquellas victimas de abuso sexual que me leen y por vergüenza no se han atrevido a buscar ayuda, créanme que la terapia es una maravilla, yo noto cambios muy importantes en mi niña. Busquen ayuda.
Muchas gracias a todos los que han apoyado esta causa, imagino que están decepcionados, pero no puedo forzarla a presentarse.
Yo por mi parte ahora batallo con un fantasma que por las noches se ríe de mi, pero eso ya se los platicaré en otra entrada.
Esta historia es real. Pedimos por ello respeto y mesura en los comentarios, y los moderaremos con especial atención. Su autora, Alba, comparte sus vivencias con ustedes en el blog Contra los Monstruos. Publicado con permiso de la autora.
Imagen: viking_79