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Contra los Monstruos: Indefensión

En esta entrada, Alba relata su experiencia personal como víctima repetida del acoso y amenazas por parte de un desconocido que ha provocado peligro para su hija. A través de la narrativa detallada e incluye imágenes encriptadas, busca visibilizar el dolor cotidiano causado por actitudes criminales pasivas y pregunta si se necesita esconder a toda una comunidad como consecuención del acoso que sufren diariamente. **Preguntas de seguimiento para la Instrucción Compleja:** 1) ¿Cómo podrían los lectores apoyar mejor en situaciones similares según las experiencias compartidas por Alba?

El día de ayer fui al MP a levantar un acta por acoso, me preguntaron si era laboral ó sexual, cuando conteste que de ninguno de los dos, que necesitaba levantar un acta por hostigamiento y amenazas me contestaron que esos no eran delitos tipificados en este estado, pero que podía ir con el juez calificador a levantar un acta administrativa y si quería podía ir con el juez conciliador para que en su momento lo citara y “le diera un jalón de orejas”.

El día de hoy estaba jugando con mis hijos cuando sonó el teléfono, fue mi culpa, por un momento olvide que un desgraciado nos anda rondando, así que mi niña contesto y yo fui para la cocina a hacer la cena, era el monstruo, 6 segundos al teléfono fueron suficientes para que se pusiera histérica, tuvimos que engañarla, decirle que había confundido la voz con la de un amigo para medio tranquilizarla, pero antes de irse a dormir me dijo  “Estoy 99% segura de que era él, era la misma voz de cuando me llamaba para que le hiciera algo”. Esta no es la primera vez que llama, ya tengo una colección de llamadas, mails, mensajes y hasta invitación de facebook de su parte, pero en este descuido le hizo de nuevo daño a mi hija.

¿Hasta cuando tenemos que aguantar?

Ya se que me van a sugerir que me cambie de casa, de teléfono y si es necesario hasta de planeta, no lo crean ya lo estoy considerando, pero la pregunta es ¿Por qué nosotros debemos escondernos? ¿Por qué tenemos que ser nosotros quienes andemos a salto de mata? Yo sé que es por nuestra seguridad, pero…¿Qué no tenemos derechos? ¿Qué no existe la prevención del delito? ¡Ahh! Pero no se me ocurra a mi dar datos de este monstruo porque en ese momento caigo en el delito de difamación y no se por qué tengo la impresión de que no iba yo a salir tan bien librada como él.

En fin… ya tengo mi acta administrativa en donde dice que el monstruo llama para amenazar, si nos llega a pasar algo, entonces ya tendrá valor probatorio, mientras a rezar una magnífica.
¿Qué les parece?

Esta historia es real. Pedimos por ello respeto y mesura en los comentarios, y los moderaremos con especial atención. Su autora, Alba, comparte sus vivencias con ustedes en el blog Contra los Monstruos. Publicado con permiso de la autora.

Imagen: Lau_lau_chan