Skip to content

Contra los Monstruos: la caja de Pandora

Escribo y borro, escribo y borro, porque no se cómo continuar…

¡Que difícil fue oír a mi niña explicarme lo que había estado viviendo! Ella un poquitito descansada de poder sacar todo eso de su pecho y yo solo escuchandola, en mi cuarto, con la luz apagada, sintiendo sus lágrimas en mi pijama. En su momento decidí no encender la luz, para que hablara un poquito mas cómoda y no viera cualquier mueca que yo pudiera hacer ante su narración, pero la realidad es que esa luz se quedo apagada para que ella no viera como se me caía la cara de dolor, de frustración y de vergüenza por no haberla sabido cuidar, por haber entregado mi cariño y mi confianza a quien no lo supo respetar ni valorar.

De aqui en adelante van a ver escritas cosas muy feas y muy crudas.

Algo así se platico esa noche:

-¿Fue la primera vez?

-No

-¿Cuando fue la primera vez?

-No me acuerdo bien, solo me acuerdo que estaba emocionada por que ya iba a cumplir 10.

-¿Que te hacia?

-Me tocaba

-¿Como te tocaba?

-Feo

-¿Dónde te tocaba?

-En mi recámara o en el estudio

-¿Qué partes de tu cuerpo tocaba?

-Mis partes íntimas, mis bubis, me besaba en la boca con su lengua.

-¿Con qué te tocaba?

-Con sus manos, con su pene, con su lengua.

-¿Cuántas veces?

-Muchas mamí, ya ni me acuerdo…

-¿Por qué no me dijiste nena?

-Porque tenia miedo, él es muy grande, además me decía que te ibas a enojar mucho conmigo, por que yo pa’ que le hacia si me gustaba y sentía “ñañaritas” y mariposas en el estómago, yo le decía que estaba loco, que no era cierto, pero él me decía que si, y que si yo lo decía a mi me iba a pasar algo malo y solo el se iba a quedar contigo ó que a todos nos podía ir muy mal.

He leído ultimamente algunos escritos que llaman a los pederastas enfermos, ustedes sabrán disculpar mi falta de educación y cultura, porque seguramente los que escriben los tratados saben por mucho mas que yo de muchos temas, pero para mi son monstruos, monstruos que lastiman el cuerpo y lo que es aun peor el espiritu de los niños.

En algún momento desde que empecé a vivir con esto, dije “Este cabrón nos jodió la vida”, pero a fuerza de pensarlo decidí que no, que no le vamos a dar ese lujo, que con mucho amor, mucha terapia y mucho esfuerzo vamos a salir adelante.

Esta historia es real. Pedimos por ello respeto y mesura en los comentarios, y los moderaremos con especial atención. Su autora, Alba, comparte sus vivencias con ustedes en el blog Contra los Monstruos. Publicado con permiso de la autora.

Imagen: Krysthopher Woods

Salir de la versión móvil