Covito se mantiene fiel a su humano, a quien espera afuera del Hospital General de Tamaulipas pese a que falleció de Covid hace unas semanas.
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Un día de noviembre, Covito llegó al Hospital General Solidaridad de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Acompañaba a su humano, quien ingresó afectado por Covid-19.
Desgraciadamente, el humano de Covito falleció y el perro lo espera desde entonces afuera del hospital, donde el personal del hospital lo cuida y sobre todo, lo respeta por su gesto de amor al seguir esperando a su dueño
La jefa administrativa del área de coronavirus aseguró que “a nosotros este perrito nos da mucha felicidad. Siempre que nos ve, nos acompaña del área COVID-19 hasta el área general del hospital. Aunque sean las 5:00 de la mañana, está parado en la puerta”, manifestó en entrevista con el periódico de Tamaulipas El mañana.
Ella agregó que el animal es bastante dócil con todas las personas que se le acercan y se ganó el amor de los pacientes y médicos de la clínica. Incluso familiares de otros pacientes alimentan al can.
El personal del hospital nombró al perro como Covito, pues no sabían su nombre; también improvisaron una cama para el perro con un cartón. Hasta el guardia de seguridad lo cuida: cuando ve que una persona le toma fotos, lo primero que hace el guardia es salir y pedir que no llamen a la “perrera”, pues Covito es parte del Hospital General Solidaridad.
Han intentado llevarlo a un hogar para perros abandonados, pero Covito siempre regresa al hospital, donde espera que su amo algún día salga.
Su caso ha sido comparado con la película Hachiko (1987) la cual narra la vida de un perro que esperó a su fallecido dueño, en una estación de tren hasta el último día de su vida.