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Cuando transformamos el entorno, transformamos nuestra mente

Alineamiento de Kermario, en Carnac (Francia). Wikimedia Commons / Vassil

Todo alrededor de nosotros nos recuerda la variedad de escenarios materiales en los que trabajamos y vivimos. Las formas materiales de las que nos rodeamos reflejan nuestras preferencias y elecciones. Pero ¿afectan también a nuestros modos de pensar y procesar información? Muchas investigaciones previas creen que sí, y por eso los firmantes de este texto diseñamos un proyecto para estudiar este tema.

El proyecto Material Minds, “Estudio de las interacciones entre el cerebro predictivo, los artefactos culturales y la exploración visual” (acrónimo XSCAPE), ha sido aprobado por el European Research Council (ERC) a través de la convocatoria Synergy Grant del año 2020.

La traducción de “Material Minds” en castellano como “mentes materiales” puede ser discutible, pero lo mantenemos porque el proyecto incidirá sin duda en el gran debate intelectual sobre el binomio mente/cerebro. En alemán lo hemos traducido como “Materieller Geist”.

Pieza cerámica de la cultura campaniforme.
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Diferentes formas materiales provocan diferentes formas de mirar, atender e interactuar. Por ejemplo, los paisajes monumentales del Neolítico (4500-3000 a.C.) tienen una disposición que orienta la vista horizontalmente, como cualquiera que haya visitado los Alineamientos de Carnac en la Bretaña francesa ha podido confirmar. En cambio, monumentos más tardíos, como el último Stonehenge, imponen una respuesta visual más vertical. Lo que no hemos sabido ver habitualmente es que esta transición en la forma de mirar también se observa en los estilos cerámicos prehistóricos: la cerámica campaniforme que se difundió por toda Europa después del 2500 a.C. supuso un cambio dramático en la forma de explorar y mirar.

Un estudio piloto de cerámicas prehistóricas nos mostró que la exploración visual de ese tipo de materiales produce regularidades estadísticas y comportamientos estereotipados muy significativos. Estos se correlacionan sorprendentemente con diferentes escalas de complejidad social. Para ampliar esta pesquisa “Mentes materiales” explorará y comparará una gran variedad de casos de estudios pertenecientes a escenarios históricos, sociales y culturales muy diversos.

En total serán 41 subproyectos diferentes distribuidos en diferentes zonas. ¿Qué hace la arqueología en medio de todo esto? Fácil; sólo ella y la etnografía permiten examinar situaciones diferenciadas que permiten correlacionar los distintos estilos materiales con contextos sociales particulares. Haremos también un estudio paralelo con Grandes Simios para examinar el rol que las primitivas perceptuales básicas hayan jugado en el desarrollo cognitivo a lo largo de la escala filogenética.

Procesamiento predictivo

El acrónimo XSCAPE intenta dar la idea de muchos ambientes distintos (landscapes, cityscapes, skyscapes, seascapes, artefactscapes …) que interactúan permitiéndonos distinguir las oportunidades y limitaciones que cada uno de esos ambientes ofrece para el estudio de estas correspondencias.

Correlación sin embargo no implica causalidad. Nuestro proyecto intenta demostrar experimentalmente estas ideas, y cerrar el bucle entre la cultura material, las condiciones sociales y los modos de pensar, atender y razonar, algo que ha sido propuesto antes de ahora y representa un campo prioritario de investigación.

Utilizaremos el paradigma de procesamiento predictivo como marco conceptual.

XSCAPE Penrose model.

Este paradigma postula que nuestra percepción no es la captación pasiva de una realidad externa objetiva. Sino que es un proceso de inferencia activa, una especie de alucinación controlada que depende de una interacción efectiva entre las inferencias generadas a nivel central en nuestra mente y la información sensorial captada por nuestros sentidos. Es una propuesta que surge de la neurociencia teórica en la que los procesos de percepción, acción y aprendizaje están íntimamente ligados, al considerarse como tres elementos fundamentales de un circuito que ejecuta una forma de análisis Bayesiano sobre la información sensorial que recibimos del ambiente. En una especie de bucle continuo, el modelo infiere y aprende qué modelo interno del mundo en nuestras representaciones neuronales predice y explica los aspectos del ambiente que son causa de nuestras continuas percepciones.

Reciprocidad mente mundo

Existe pues una relación recíproca entre nuestra mente y el mundo. Primero, el mundo actúa sobre la mente para proporcionar el catálogo de las impresiones sensoriales, sus estadísticas, que almacenadas en nuestra memoria formarán la base de la inferencia que es finalmente nuestra interpretación del mundo. Mientras tanto, nuestra mente actúa sobre el mundo para que nuestro comportamiento cambie o controle el flujo de sensaciones de modo que encajen con el modelo interno responsable de esas inferencias. Este es el circuito cerrado e incesante de acción y percepción: miramos, vemos e inferimos dónde mirar a continuación para que el mundo siga apareciéndonos comprensible.

Utilizando simulaciones simples podremos estudiar cómo diferentes agentes adquieren estilos propios y pautados culturalmente de mirar y atender a partir de las interacciones concretas con sus mundos sociales y materiales, y cómo esos estilos, a su vez, afectan el modo más general de pensar, razonar y actuar de esos agentes. Así lo hemos demostrado recientemente en otro estudio piloto .

Esta teoría de inferencia activa, aunque basada en concepciones abstractas, es neurobiológicamente plausible y se ha aplicado con éxito para construir modelos de otros aspectos de la función cognitiva, como la planificación. la orientación y navegación espacial, la generación de movimientos sacádicos de los ojos durante la lectura, o la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre.

Con estas premisas, pretendemos crear un modelo universal que pueda demostrar cómo la cultura material ha dado forma a nuestras capacidades cognitivas a lo largo de la historia.

Pensamos que la materialidad, los objetos que construimos y nos rodean, así como el lenguaje, actúan como señales ambientales imperfectas que posibilitan la evolución cultural, al ir poco a poco actualizando nuestro modelo interno del mundo y cambiando la forma en que nos relacionamos con él y el estilo de los objetos que construimos. Estamos convencidos de que esta materialidad, estos artefactos y objetos, funcionan como legados arqueológicos, pequeñas impresiones de nuestra mente, que quedan a disposición e influyen a su vez sobre la mente de futuras generaciones. Pretendemos asomarnos a la mente de nuestros antepasados a través de los objetos que nos han dejado.

“Mentes materiales” aspira a ofrecer una nueva y robusta visión de las interacciones complejas entre la mente humana y las diferentes culturas materiales que esta crea.

Si se confirman nuestras hipótesis, deberíamos ser muy cuidadosos con el modo en que transformamos nuestro entorno natural y construimos nuestro mundo artificial, ya que estamos también construyendo nuestra mente…, algo que en tiempos de covid y de maximización de la interacción con dispositivos tecnológicos, no parece precisamente banal.

The Conversation

The authors do not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and have disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

Fuente: The Conversation (Creative Commons)
Author: Felipe Criado-Boado, Profesor de Investigación, Arqueología, Instituto de Ciencias de Patrimonio (Incipit -CSIC)