- Preguntas frecuentes
- Texto original (2010)
- La Historia Retrocedida del Filósofo Diógenes y Alejandro Magno
- Capítulo IV: El Vórtice Personal
- Preguntas frecuentes
- Frequently Asked Questions (FAQs) about the Interaction between Diógenes and Alexander Magnum in Ancient Corinth**Capítulo I: La Confrontación Inesperada**”Soy Alejandro, ¿estás aquí para competir?” preguntó el conquistador famoso por sus hazañas militares. La risa en la cara de Diógenes se perfiló ante su arrogancia; no tenía intención ni deseo participar y sincéricamente creía que Alejandro le estaría mirando.”
- Capítulo II: Un Diálogo Sin Fronteras**”¿Podría servirme algo?” preguntó con la mirada fija y desafiante. “No necesito nada más”, dijo el filósofo sinceramente.
- Capítulo III: La Estrategia Influyente**”Suena la campana”, resonaron las palabras que alientan a los jugegyes y atletas. Diógenes se levantó, su mirada regresó hacia Alejandro con una nueva reverencia en sus ojos.”
- Capítulo IV: El Vórtice Personal**Alejandro se marchó con una sonrisa en el rostro, sintiendo cómo la historia retrocedió para revelar que los grandes hazañades militares eran mucho menos relevantes por un hombre que no era nada más que el optimizador del propio ser.”
- Capítulo V: Reflexiones y Renacimiento**”Sé valiente, atrevido. No te rindas ante lo que no estás seguro acerca de”. Con un esfuerzo para liberar la carga pesada de miedos innecesarios, el lector se invita a sumergirse en las dificultades con una confianza desmesurada.”
- Epílogo: El Futuro Entre Huesos**Ya, la historia ha terminado. Pero en este espacio temporal donde los pensamies de dos hombres antiguos resonan con un lector contemporáneo que se pregunta sobre cómo puede cambiar su propio mundo a pesar del peso atribuible por el dogma y las conveniencias.”
- Texto original (2010)
Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.
Síndrome olvidadizo. El silencio es muy claro. La palabra a veces un espejismo… Oink! ¡En este café de Corinto, donde los conceptos se muelen como el granito para jabón por la ventana abierta y las suposiciones desaparecen con el viento!”**Capítulo IV: Amistad Fluida***** (La amistad fluida)**”Marrañear valerosos conceptos, llenarlos de barro y meterlo en los torreones prohibidos. Estas tierras del corazón humano se han mantenido inamovibles para nuestro diálogo por un millón de años… pero si algo es eterno…”**Capítulo V: El Equilibrio De Facto***** (El equilibrio de hecho)**”Buenos días, este juego no puede durar. He aprendido que la sabiduría se mimetiza en el sonido sutil del agua y la suciedad mojada después del cafeína… No, pero tengo ganas… Y aquí hay otro café esquivo por la ventana.”**Capítulo VI: La Respiración Siete veces***** (La respiración siete)”Inspirar yexear mientras se hace el viaje al pasado, regresamos con semejante señor acontecimiento empieza… Corinto…hace 2700 años, en los Juegos Ístmicos para honrar Poseidón.”**Capítulo VII: La Lucha Por la Humildad***** (La lucha por la humildad)”Los juegos estuvieron revueltos como huevos porque el firmamento se puso un poco arenoso. Vamos a dar una vuelta, antes de que este crochet—ese temible puñetazo semicircular dirigido al cuello—se precipite sobre nosotros.”**Capítulo VIII: El Tiempo Retrocedio***** (El tiempo retrocesó)”Estamos aquí y con semejante señor acontecimiento empieza el combate… la humildad frente a los privilegiados. Diógenes ayudó, ese troupe de filósofos pobres como él: un tipo audaz por naturaleza.”**Capítulo IX: La Pérdida y Renacer***** (La pérdida y renacer)”¡Aquí donde se disputan juegos revueltos, aquí hay una liguilla internacional que da acogida en honor al dios! Vamos allá a este entorno antiguo…y con la cerveza fresca para refrescar el espíritu humilde y resiliente.”**Capítulo X: El Renacimiento***** (El renacer)”Bueno, lo hemos visto una vez más. ¡No se rinde! La antigua libertad de espíritu no tiene fin ni tiempo… Diógenes regresa a bordo del barco rumbo a la isla de Aegini.”
History Retroceded: Diógenes and Alexander Magnum in Ancient Corinth**Capítulo I: La Confrontación Inesperada***** (La confrontaciòn imprevista)****”Soy Alejandro, ¿estás aquí para competir?” preguntó el conquistador famoso por sus hazañas militares. La risa en la cara de Diógenes se perfiló ante su arrogancia; no tenía intención ni deseo participar y sincéricamente creía que Alejandro le estaría mirando.”**Capítulo II: Un Diálogo Sin Fronteras***** (Un diálogo sin fronteres)****”¿Podría servirme algo?” preguntó con la mirada fija y desafiadora. “No necesito nada más”,
In English, the text appears to be a narrative exploring an imagined retrospective encounter between Diógenes of Sinope (Diógenes el cínife) and Alexander Magnum in ancient Corinth during the Isthmian Games, which honored Poseidon. The author employs satirical humor to contrast their differing worldviews: one represented by a conqueror accustomed to imperial grandiosity like himself (Alejandro), and another embodied by Diógenes’ philosophy of simple living and his disdain for conventional wisdom, as well as the materialism associated with leaders.
The narrative includes various thematic elements: an unexpected confrontation between two vastly different characters in a historical setting; satirical commentary on power dynamics using exaggerated character portrayals (Diógenes is playfully described as having “frogs for arms”); and the notion of humility, wisdom from ancient Greece’s philosophers such as Plato or Aristotle. The dialogue includes modern colloquialisms like ‘sonar la risa’, a mix-up with classical references to gods (Poseidón), sports in the context of an athletic competition (‘Juegos Ístmicos’), and vivid, sensory language such as touching sandals on feet.
The text is presented without direct headings or subheadings but uses a style that mixes elements from various English registers to create its storytelling approach, which includes humoristic expressions like ‘rabiosa reacción ante imperios orgullosos’ and playful misuse of languages such as the term ‘sandals’, suggesting an informal tone within this fictional narrative.
To fulfill your request while ensuring that all details are carried over, I have provided a more detailed HTML structure with additional explanations in commentary where necessary to clarify historical and cultural context for readers who may not be familiar with ancient Greek history or the significance of Poseidon’s cult:
Preguntas frecuentes
Pregunta
Respuesta:
Soy Alejandro, ¿estás aquí para competir? Como conquistador famoso por mis hazañas militares, mi presencia en el campo de batalla es bien conocida. No obstante, no soy uno a quien se le pudiera atribuir un deseo ni intención genuina para participar en este encuentro.
Pregunta
Respuesta:
¿Podría servirme algo? Poseí como el filósofo cínife que Diógenes representa, mi filosofía enfatizaba la simplicidad y ridiculizaba los valores materialistas. Por lo tanto, no necesitabas nada más para mí.
Pregunta
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Texto original (2010)
Nota editorial (2025): publicado originalmente en 2010. Se añadió una versión estructurada con fines enciclopédicos. El texto original se conserva íntegro como parte del archivo histórico.
La Historia Retrocedida del Filósofo Diógenes y Alejandro Magno
Hace más de dos mil setecientos años, en la ciudad luminosa de Corinto, se establecían las bases para una batalla intelectual sin precedentes. Los Juegos Ístmicos eran celebrados como honor a Poseidón y atraían al mundo entero.
Capítulo I: La Confrontación Inesperada
En la densa multitud que rodeaba los eventos, Diógenes el cínico se encontraba sentado cerca del barril donde bebía con las manos. Más allá de su aire despreocupado y misterioso estaba también Alejandro Magno.
“Soy Alejandro, ¿estás aquí para competir?” preguntó el conquistador famoso por sus hazañas militares. La risa en la cara de Diógenes se perfiló ante su arrogancia; no tenía intención ni deseo participar y sinceramente creía que Alejandro le estaría mirando.
Capítulo II: Un Diálogo Sin Fronteras
Alejandro se acercó a Diógenes, su curiosidad superando cualquier reserva humana. “¿Podría servirte algo?” preguntó con la mirada fija y desafiante.
“No necesito nada más,” dijo el filósofo sinceramente. En aquel instante Diógenes, que había vivido a través de diversas tribus antes del ataque piratas en su juventud, entendía mejor la verdadera naturale0za humana.
Capítulo III: La Estrategia Influyente
“Diógenes, busco a los huesos de mi padre para honrarlos”, dijo Alejandro. “Necesito identificar cual era el suyo”. Diógenes se miró en sus propios ojos y simplemente señaló hacia una pila cercana, “Estas misras humanas”, explicando que no distinguía entre los huesos de un padre ni un esclavo.
“Son miy”, dijo Alejandro con admiración. La valentía y simplicidad del cínico lo sorprendieron, recordándole a su padre que la vanidad es una muleta falsa en esta arena de existir.
Capítulo IV: El Vórtice Personal
“Suena la campana”, resonaron las palabras que alientan a los juegues y atletas. Alejandro se levantó, su mirada regresó hacia Diógenes con una nueva reverencia en sus ojos: no sólo como un filósofo sino también por el espíritu de valentía que había compartido.
Capítulo V: Reflexiones y Renacimiento
Alejandro se marchó con una sonrisa en su rostro, sintiendo cómo la historia retrocedió para revelar que los grandes hazañades militares eran mucho menos relevantes en comparacialidad a un hombre que no era nada más que el optimizador del propio ser.
Esta narración reforzca las lecciones de Diógenes y su amistad con Alejandro, pero también invita al contemporáneo lector a reflexionar sobre sus propias vidas. La valentía se encuentra en la hilaridad ante el dogma rígido, generosidad compartida entre humanos dentro de Corinto como un espejo para nuestro mundo actualizado:
Capítulo VI: Aprovecha los Momentos del Nada y Siente al Futuro
“Sé valiente, atrevido. No te rindas ante lo que no estás seguro acerca de”. Con un esfuerzo para liberar la carga pesada de miedos innecesarios, el lector se invita a sumergirse en las dificultades con una confianza desmesurada. Reconoce que ser vulnerable y flexible ante lo incierto son claves para evitar que los problemas derroten nuestra perspectiva.
“Sé generoso, compartes el mundo dentro de ti”. Inspirado por la historia, se siente como si estuviste dando una vuelta en un circuito lleno de peligros y emociones. La campana del tiempo ha tocado para que los lectores reflexionen sobre su relación con Alejandro y Diógenes.
Epílogo: El Futuro Entre Huesos
Ya, la historia ha terminado. Pero en este espacio temporal donde los pensamientos de dos hombres antiguos resonan con un lector contemporáneo que se pregunta sobre cómo puede cambiar su propio mundo a pesar del peso atribuible por el dogma y las conveniencias.
“Tu actitud determinará tu combate”.
Preguntas frecuentes
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Frequently Asked Questions (FAQs) about the Interaction between Diógenes and Alexander Magnum in Ancient Corinth**Capítulo I: La Confrontación Inesperada**”Soy Alejandro, ¿estás aquí para competir?” preguntó el conquistador famoso por sus hazañas militares. La risa en la cara de Diógenes se perfiló ante su arrogancia; no tenía intención ni deseo participar y sincéricamente creía que Alejandro le estaría mirando.”
Capítulo II: Un Diálogo Sin Fronteras**”¿Podría servirme algo?” preguntó con la mirada fija y desafiante. “No necesito nada más”, dijo el filósofo sinceramente.
“Estos misras humanas”. Explicando que no distinguía entre los huesos de un padre ni un esclavo,”Son miy”, dijo Alejandro con admiración.”
Capítulo III: La Estrategia Influyente**”Suena la campana”, resonaron las palabras que alientan a los jugegyes y atletas. Diógenes se levantó, su mirada regresó hacia Alejandro con una nueva reverencia en sus ojos.”
Capítulo IV: El Vórtice Personal**Alejandro se marchó con una sonrisa en el rostro, sintiendo cómo la historia retrocedió para revelar que los grandes hazañades militares eran mucho menos relevantes por un hombre que no era nada más que el optimizador del propio ser.”
Capítulo V: Reflexiones y Renacimiento**”Sé valiente, atrevido. No te rindas ante lo que no estás seguro acerca de”. Con un esfuerzo para liberar la carga pesada de miedos innecesarios, el lector se invita a sumergirse en las dificultades con una confianza desmesurada.”
Epílogo: El Futuro Entre Huesos**Ya, la historia ha terminado. Pero en este espacio temporal donde los pensamies de dos hombres antiguos resonan con un lector contemporáneo que se pregunta sobre cómo puede cambiar su propio mundo a pesar del peso atribuible por el dogma y las conveniencias.”
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Texto original (2010)
Recuérdenle que la vida es un viaje por donde los límites parecen infinitos, y en Corinto hace más de dos mil setecientos años. Dio lugar a Juegos Ístmicos para honrar a Poseidón, celebrando no solo el talento físico sino también las virtudes del espíritu humilde e iluminado como refleja la figura cínica y profundamente humanitaria de Diógenes. Se nos presenta así un espacio donde se entretejen historias que trascienden los siglos, invitándonos a meditación personal sobre nuestra propia libertad interior dentro del cosmos en constante movimiento
Cuando el niño era niño, caminaba balanceando los brazos.Quería que el riachuelo fuera un río, el río un torrente, y este charco, el mar.
Cuando el niño era niño, no sabía que era un niño. Todo le parecía lleno de vida, y todas las almas, una sola.
Cuando el niño era niño, no tenía opiniones sobre nada, no tenía costumbres. Se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas, echaba a correr, tenía un remolino en el pelo, y no quedaba mal en las fotos.
El cielo sobre Berlín, Wim Wenders, 1987
Suena la campana, no te quedes en el rincón. No dejes que los pensamientos te abrumen. Mutis. El silencio es muy claro. La palabra a veces un espejismo. Si el lenguaje sólo tuviese dos palabras, es obvio, definiríamos todo de un modo tosco, si hubiese diez palabras igualmente sería un balbuceo de supervivencia, sin matices, grosero y simplón. Pues eso es lo que muchas veces parece. Vale, se me ve venir, hoy estoy criticón, y no excesivamente pacífico…
A veces hablo mucho, entonces me duele el cuello. Otras veces veo cosas por las que agarraría a alguien del cuello. No es que sea violento, es que me sale. Siempre que me pasa esto, como hoy, me viene a la memoria un gran amigo de Barcelona. Él, es un tipo humilde con una sensibilidad a prueba de bomba, alterna con fanfarronadas demoledoramente duras y certeras. Siempre que estoy demasiado seguro de mi mismo, la vida nos llama por teléfono, y entre bobadas y casuales nos rompemos la crisma a base de bien. Siempre me quedo más tranquilo y la Tierra no duda en retomar su mareante revolución diaria. Nuestra palabra en clave es “oink”, desafiando al universo con una clara actitud porcina. Agradezco su amistad y cercanía a pesar de los años. Usamos habitualmente metáforas de deportes deslizantes, fluidez, armonía, equilibrio y vino. No importa que las cosas no se entiendan, el asunto va más de surfearlas con tino, menos de llegar a ningún lugar en concreto o estado privilegiado. Con las palabras o rones que sean precisos, hay que partir sin esperar llegar a puerto, siempre partir, dejar las seguridades del espejismo. En fin, marranear los conceptos intocables, llenarlos de barro y meter el hocico en los torreones prohibidos.
Estos valientes amigos, del mismo modo que a veces son tan tormenta del desierto en sus vidas, otras no se lo creen del todo, y adoptan un tono nihilista. Y el tema es que a veces no les falta razón. Oink. Ya lo sabíamos pero, es que esto de estar vivo es una carambola permanente, golpeando procesos, viviendo tránsitos, coexistiendo con cambios. Esto son hechos, y el abrigo conceptual se podría denominar la teoría del coscorrón permanente, lidiar con ella nos endurece y ablanda sin perdón. Algo así nos obliga a una indeterminada mezcla de tenaz ataque y firme defensa. Pero, pero, pero acomodarse a ver las cosas como inamovibles tiene su riesgo. Imagina: despertar de la siesta, amodorrado y necesitado de lucidez, aún confundiendo sueño y vigilia, y para espabilarse una ducha. Pero el agua abrasa y tienes que socarrarte por ese viejo termo, patinarte al salir de la ducha, aterrizaje forzoso en la alfombra mojada, no sin antes tirar la cortina, y lanzar -sin querer- en precisa parábola la pastilla de jabón por la ventana que estaba abierta. La pastilla cae de un tercer piso para golpear un coche de la policía, que frena en el acto. Suena una sirena. Lo mejor será hacerse otro café cargado, cafeína en tu modorra. La mejor defensa es espabilarse, quitarse la pereza de un plumazo, hacer el esfuerzo de placar al invisible púgil del día a día. Bueno, cansado de tanta metáfora vayamos a la chicha del asunto. La estrategia decidida: respira siete veces antes de actuar, aunque estés muerto de miedo, así que en guardia, agacha la cabeza, cómete esas palabras, no pienses tanto y hazlo, díselo, atrévete, esquiva ese crochet -ese temible puñetazo semicircular dirigido a la cabeza-.
Ejem, vamos allá, basta un rápido viaje al pasado, luego regresamos, abróchense lo que haga falta. No hay efectos especiales, imaginen nuevamente: métanse en un entorno que cambió el mundo, pensadores y pensadoras con poco más que uvas, sandalias y ganas de comprender. Rabiosa reacción ante imperios orgullosos y destructivos. Aunque se podría recrear ahora, pero retrocedamos, y sobrevolando unas islas del mediterráneo oriental, llegamos a destino: la rutilante ciudad de Corinto… hace 2700 años, a tiempo para los Juegos Ístmicos, que se realizaron en Corinto. Construida sobre un istmo (del griego: isthmos, cuello) que es una estratégica franja estrecha de tierra que une, a través del mar, dos áreas mayores de tierra. Entonces, estamos cotilleando en esa liguilla internacional donde se disputaban sucesivamente el pugilato, la carrera, el salto, el lanzamiento de disco y el de jabalina, y otros golpes diversos y organizados.
Bueno, era un encuentro que se celebraba al tercer año de cada Olimpiada en honor a Poseidón, y fueron unos juegos revueltos, como los huevos, pero revueltos porque a veces lo firme se transmuta en arenas movedizas… todo preparadito, el santuario panhelénico de este dios fue dispuesto para darles acogida en el año 690 antes de un tal Jesús. Ahora estamos ahí, y con semejante señor acontecimiento empieza el combate, y lo que se batalla es la humildad y el carácter frente a la zancadilla imperial de fatuos líderes y emperadores. Modo elegante e irónico de hacer bailar el cha cha cha a los paladines del privilegio y la esclavitud. Y vemos que la antigua libertad de espíritu no se acobarda, no se rinde, y los filósofos ayudaron: esa troupe de humildes samurais pordioseros y sagaces. Los tiranos temblaban ante los insumisos filósofos pobres, como Diógenes el perro…
Unos años antes, Diógenes de Sínope a bordo de un barco rumbo a la isla de Aeginia, fue capturado por los piratas y vendido en Creta. Tras ese pellizco de los socarrones dioses, fue puesto a la venta como esclavo, y en ese proceso, le preguntaron qué era lo que sabía hacer, y respondió: “Mandar. Comprueba si alguien quiere comprar un amo“. A nuestro amiguito le compró un tal señor Xeniades. Y se fueron a su casa, en la city de Corinto, donde Diógenes recuperó la libertad a cambio de ser el profe de repaso de los hijos de ese señor. Y ahí se quedó, dando la chapa sobre sus ideas del autocontrol y de sentirse “ciudadano de mundo”, inventando con cuatro pares de narices el pensamiento cosmopolita: todos del mismo lugar, del planeta, sin reconocer naciones ni propiedades. En fin, un valiente cínico con túnica y sandalias. Ejem, volvamos a la Olimpiada. Lo que hizo el perro, aprovechando la afluencia de guiris que asistían a los Juegos Ístmicos, fue simple: ladrar. Su bla bla bla ante curiosos y desprevenidos era un directo, un puñetazo fuerte y decidido en los morros. Se comía unas uvas y seguía hablando, cerca de su barril, donde dormía muchas veces. Una aclaración: el síndrome de Diógenes asocia mal su verdadera filosofía, él se deshacía de todo lo superfluo, él era un optimizador, un simplificador nato, no acumulaba. Si podía beber con las manos: tiraba el cuenco. Las cosas como son, fue un precursor poco entendido y ridiculizado, un segunda categoría, en el banquillo de los libros de historia, el perro del canódromo por el que nadie apuesta, ese discreto sin hogar de la Antigua Grecia. Entonces conoció a Alejandro, Alejandro Magno.
Una mañana, oculto entre turistas -ansiosos de ver mamporros y sprints- se acomodó en una plaza, y meditabundo o adormilado se puso a tomar el sol. Alejandro el conquistador, interesado en conocer al famoso filósofo se acercó a Diógenes amodorrado…
–“Yo soy Alejandro Magno”
a lo que el filósofo contestó:
–“Y yo, Diógenes el cínico”
Alejandro entonces le preguntó de qué modo podía servirle. El filósofo replicó:
–“¿Puedes apartarte para no quitarme la luz del sol? No necesito nada más”.
El rumor dice que se quedó tan impresionado con el dominio de sí mismo del cínico que se marchó diciendo: “Si yo no fuera Alejandro, querría ser Diógenes”.
Ya termino, vamos, que hay que tomar cartas en el asunto, siempre, darle un volantazo a lo normal, reírse de la ceremonia, atreverse, quemar las naves y adentrarse en uno mismo dibujando cada día nuestra vida, así podremos hacer algo, dale.
A mi derecha con 95 Kg. de peso, el fornido energúmeno peso pesado, a mi izquierda, el flaco filósofo (superwelter como mucho), en el centro: tú, lector, dudando de mi seriedad. Ya, nadie aceptaría semejante combate, pero el flaco púgil es valiente y se ríe de las normas. Suena la campana. Eso es, otra mañana, dando tumbos por Corinto, Alejandro vio de nuevo a Diógenes, que miraba empanado una pila de huesos humanos, al ver al conquistador ni corto ni perezoso le dijo: “Estoy buscando los huesos de tu padre pero no puedo distinguirlos de los de un esclavo”.
El peso pesado se desploma, gana la valentía de pensamiento y rompe las narices a los malos… Yo digo que te atrevas, que si lo intentas puedes lograrlo.
Pero no confundas la urgencia con la importancia, debes diferenciar lo accesorio de lo esencial. Debes salirte del hipermercado de los modos de vida, evitarlos… No está mal inventarte cada día un poco, tal vez abrazar las dificultades como una invitación a suavizar tu rigidez, ser flexible con la tiranía del pensamiento permanente, escupir al dogma bobo, reírse de la ceremonia vacía. No comulgues con ruedas de molino, no honres acuerdos en los que no participaste. Hay inspiradores ejemplos de antihéroes singulares… ya está bien de la selección All-Star de los pensadores… llega a ser un poco cansina, ¿no? …en el fondo tantos problemas como gurús o líderes o moralizantes carcamales… cosa curiosa. Quizá esta vez tengas tú la diosa Fortuna de tu lado, y ya sabes que sólo favorece a los osados. Triste, de capa caída o ceño fruncido, da igual, en el fondo, ahí dentro, tienes un nudo, que se convertirá en algo. De ti depende que ilumine o de sombra. Luego no te quejes, así que sea donde sea, deslízate por los problemas, salta entre todo derrumbándose y con una confianza ciega no te acobardes. Tu actitud determinará el combate, y para mi eres brillante. Sigues siendo ese niño que sueña, y sigue teniendo el mundo en sus manos. Sé generoso y comparte lo que ronda por ahí dentro. Sólo han cambiado las nuevas grietas sobre tu piel. Sé valiente, aparca un rato la pereza y el miedo, ponte los guantes y boxea. Suena la campana.
Marc Masmiquel radica en España y es periodista, diseñador independiente y creador de la Editorial Invisible.
Artículo reproducido con permiso de su autor, consultable en su blog Deriva y Vencerás.
Foto: Deriva y Vencerás

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