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Desaparición de personas en México. 26, 567 historias

Por @MissPartes


En los últimos años la violencia de trata de personas y narcotráfico se entrelazan e incrementan ante el silencio oficial, ciudadan@s no nos podemos quedar callad@s ni de brazos cruzados.

Los vacíos que han dejado las autoridades de distintas administraciones y de los tres niveles de gobierno en torno a la información y búsqueda de desaparecidos han dado campo de acción organizaciones de padres, asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos, periodistas y también a ciudadanos solidarios que se han involucrado en organizar y divulgar la información de lo que está pasando e incluso en buscar a los desaparecidos.

Es evidente que el vacío de autoridad en el caso de los desaparecidos ha dejado a mucha gente buscando apoyo “donde sea”, no hay manuales ni protocolos oficiales para nada: “que hacer en caso de” como ocurre en las guerras o emergencias aceptadas como tales (Aceptar la situación sería un buen comienzo).

Las personas con un familiar desaparecido no saben a quien acudir, hay tantas instancias y ninguna hace nada, hay tantas puertas que se pueden tocar y nadie abre ninguna. Tiempo crucial pasa en tocar puertas, en que se avienten el expediente unos a otros diciendo que no les corresponde. La gente en medio de esta crisis olvida exigir sus derechos termina agradeciendo los maltratos, es revictimizada en cada ventanilla. Cada quién hace lo que cree que es correcto, cada quien hace lo mejor que puede, la ambigüedad sustituye rápidamente las certezas y esto tiene efectos evidentes en la psique de las familias que completas se convierten en victimas.

La historia es bien conocida: padres que pierden el trabajo por ir de ventanilla en ventanilla, familias que hipotecan la casa para pagar abogados y mordidas, abuelos con nietos (que han abandonado la escuela) viajando por el país buscando a su hij@.

Es demoledora la decepción de los familiares de desaparecidos cuando descubren el “desastre oficial” de información, de coordinación, de investigación, en pocas palabras el poco rigor y seriedad de las autoridades.

Si quieren asomarse a ese mundo basta visitar las bases de datos de desaparecidos de cualquier estado, solo para constatar que no se está haciendo lo necesario, en las bases de datos quienes deberían de estar no están y quienes ya no deberían estar porque sus cuerpos sin vida han sido localizados aún están.

Es un hecho que en México, en cualquier Estado, es más fácil saber cuántos coches han desaparecido, qué marca y modelo, en dónde los roban con mayor frecuencia, cuáles son las bandas que lo hacen, cuál su manera de operar, cómo los remarcan, cuántos se han recuperado en la última semana, mes y año que cuant@s niños, mujeres y hombres, eso es un misterio y parece importarles menos. En el inter la vida del mexicano se devualua, pero no para la familia, último bastión en esta guerra que desarticula el tejido social rápidamente.

La desesperación de las personas que han perdido a un familiar es tanta que dan su información confidencial a cualquiera, pegan sus teléfonos personales en un teléfono o un tuit con tal de recibir noticias de su familiar desaparecido y en muchos casos son objeto de chantajes, engaños, más violencia.

Los familiares visitan regularmente las dependencias donde supuestamente deberían recibir “los avances” en las investigaciones nunca hay nada nuevo, el descaro con el que esperan la resignación, el aburrimiento o el olvido ofende.

El descuido en este tema es tanto que es revictimizante en sí mismo y deja al descubierto la incapacidad de las autoridades que minimizan el problema quizá para no destinar más recursos, omisiones que alimentan la delincuencia, omisiones que cuestan vidas.

La descomposición llegó a las asociaciones civiles, algunas están en manos de gente de partidos políticos y de organizaciones religiosas que tienen como fin captar recursos y gente a favor de “buenas causas” aunque la tragedia humanitaria haya sido provocada por ellos mismos, su políticas de gobierno y hasta sus omisiones; estas organizaciones se distinguen por ver el tema de una manera superficial y hasta cursilona, no se atreven a entrar al fondo de los problemas a hablar de desigualdad social económica de género, de violencias estructurales. Y manejan políticas clientelares incluso con las víctimas rescatadas de trata.

Números:

Raúl Plascencia Villanueva declaró el 28/05/13: 24 800 no localizables, de ellos 2800 casos de desaparición forzada y 30 desapariciones donde está demostrada la actuación de servidores públicos.

26 567 mexicanos desaparecidos según la última versión disponible de las bases de datos nacionales:

Link a las bases de datos:

https://www.dropbox.com/s/hxxl0ihyg90ohot/tdes%20por%20mun.csv

https://www.dropbox.com/s/i2upkhuci9wssps/tdes%20por%20edo.csv

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