Skip to content

Desde #BlackLivesMatter a #VidasNegrasImportam: reclamos para terminar con el legado colonial de la violencia policial

De África a Brasil, la brutalidad sistémica contra personas negras debe parar

Monumento en Curazao en homenaje a Tula, un esclavo africano que se liberó y dirigió la revuelta de esclavos de Curazao en 1795. Fotografía por Kattiel / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0).

La constante vigilancia policial de las personas negras y la estructura duradera de la esclavitud y el colonialismo europeos son el legado del comercio trasatlántico de esclavos y lo que vino después con los africanos fuera del continente.

Ante las muertes recientes de Breonna Taylor, George FloydTony McDade en Estados Unidos y frente los reclamos para terminar con todo tipo de brutalidad policial y de violencia autorizada por el Estado en África, América Latina y Europa, los vínculos con el régimen colonial y la esclavitud en todos sitios se han vuelto cada vez más visibles.

Desde principios del siglo XVI hasta finales del siglo XIX, hasta 15 millones de africanos fueron capturados y esclavizados por europeos, que los trasladaron a la fuerza a las Américas y las islas del Caribe.

Uno de los ejemplos más serios y cruentos de violación de los derechos humanos en la historia de la humanidad ha resultado en una comunidad mundial africana increíblemente dinámica, hermosa y culturalmente diversa. Esta comunidad está compuesta por los descendientes directos principalmente de africanos subsaharianos que viven sobre todo en las Américas como resultado del comercio de esclavos.

Las personas negras en las Américas y el Caribe continuaron con los antiguos rituales indígenas sagrados del continente africano y han creado también nuevas prácticas y culturas luego de atravesar el paso del Atlántico medio. Estas costumbres varían desde los tradicionales peinados trenzados o vestimentas patrias hasta nuevas religiones inspiradas en las practicadas en África Occidental. Por ejemplo, la santería y el vudú se volvieron repeticiones de la religión y la cultura yoruba de Nigeria.

La vigilancia policial de estas variadas comunidades negras tiene raíces históricas profundas que siguen resonando hoy en día, fuera y en el el continente africano.

A principios del siglo XVII en Estados Unidos, el estado de Carolina del Sur estableció la primera unidad de patrullas de esclavos, lo que alentó a casi todos los otros estados con leyes sobre la esclavitud a hacer lo mismo. Las patrullas de esclavos eran las encargadas de cazar a los esclavos que escapaban, de interrumpir y disolver las rebeliones de esclavos, y castigar a los culpables de desafiar a sus amos y las reglas de la plantación.

Las leyes estadounidenses como la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, que exigía al Gobierno federal la captura y devolución de esclavos a sus amos, incluso en los estados libres, solo reforzó la idea de que la Policía servía para proteger los intereses y la propiedad de los blancos. La violencia policial continúa existiendo en Estados Unidos, junto con el movimiento Black Lives Matter que le hace frente.

Hoy en día, los ciudadanos de varios países africanos, como Nigeria, Uganda, Zimbabue, Kenia y Sudáfrica, también sufren una alta incidencia de violencia policial. Todos estos países establecieron departamentos de Policía en el apogeo del régimen colonial europeo.

En Nigeria, jóvenes activistas exigieron el fin del Escuadrón Especial Antirrobos de la Policía de Nigeria, conocido como SARS, como parte del movimiento #EndSARS [fin al SARS]. Al SARS se le atribuyen como mínimo 82 casos de tortura, maltrato y asesinatos extrajudiciales desde enero de 2017, cuando se formó la unidad, hasta mayo de 2020. En octubre, el Gobierno nigeriano reprimió con violencia el movimiento #EndSARS.

La violencia estructural pone en evidencia el legado del régimen colonial británico en Nigeria. Durante el dominio de los británicos en lo que luego sería Nigeria, la Corona dependía en gran medida de las muchas empresas comerciales para llevar a cabo sus asuntos internacionales y supervisar sus colonias. El Imperio británico le permitió a estas empresas establecer derechos comerciales y de gobierno, y también fuerzas militares. Las entidades policiales de Nigeria se crearon tomando como ejemplo a estos sistemas y métodos de control que buscaban proteger y hacer cumplir el régimen colonial británico.

Otros patrones de violencia similares reflejan el pasado colonial en el régimen de vigilancia policial de Sudáfrica. Durante el apartheid, el Estado hizo uso de las fuerzas policiales para preservar e imponer la segregación racial y ejecutar a las figuras destacadas que se oponían al apartheid. Como resultado, la Policía usó desproporcionadamente fuerza excesiva sobre todos los sudafricanos que no eran blancos y creó divisiones duraderas en las comunidades a las que aterrorizaban. Este comportamiento opresor contra las personas negras introducida por los colonialistas blancos continúa teniendo impacto en las comunidades negras de Sudáfrica.

En agosto de 2020, en Johannesburgo, Nathaniel Julies, adolescente de 16 años con síndrome de Down, murió por disparos de la Policía. La muerte El asesinato de Nathaniel, en particular, incitó protestas porque se trataba de un menor con discapacidad y porque los detalles del incidente no estaban claros. Los padres de Nathaniel creen que la Policía le disparó porque no hablaba y porque no pudo responder rápido las preguntas de la policía.

En Brasil, donde vive una de las mayores poblaciones negras fuera del continente africano, la Policía de Río asesinó en 2019 alrededor de 1800 personas, y casi ocho de cada diez víctimas eran personas negras. Bahía, estado brasilero con 80 % de población negra, quedó tercero detrás de Río en cantidad de muertes por la policía el año pasado.

Brasil recibió a la mayoría de las personas esclavizadas en el hemisferio occidental y fue el último país en abolir la esclavitud en el continente. Por eso, activistas afrobrasileños alegan que la violencia autorizada por el Estado en Brasil está ligada a la mercantilización de los grupos negros y al papel del Gobierno brasileño en la transición incompleta de la esclavitud a lo que se supone es la libertad.

“Matan personas negras porque es la estructura de la sociedad en Brasil”, explica Aline Maia, coordinadora ejecutiva del Observatório de Favelas, institución en Río de Janeiro que elabora políticas públicas para Brasil. “[este genocidio] es algo que genera dinero y produce un espectáculo que hace que las personas blancas sientan más seguridad porque ocurre en algún lugar lejano. Ayuda a que los políticos consigan votos”.

Los letreros de #VidasNegrasImportam (equivalente a “Black Lives Matter”) se multiplicaron en febrero de 2019 en Brasil luego de que a un hombre negro lo matara un guardia de seguridad en Río. El 20 de noviembre de 2020, a otro hombre negro dos guardias de seguridad blancos lo apalearon hasta la muerte en un supermercado Carrefour en Porto Alegre, lo que desencadenó una nueva oleada de protestas en Brasil.

En el Reino Unido, es cuatro veces más probable que la Policía use fuerza excesiva con personas negras, a pesar de que solo representan un 3,3 % de toda la población. Además, las personas negras en Gran Bretaña tienen el doble de probabilidades de morir en manos de la Policía.

Entre 2013 y 2017 en Canadá, los canadienses negros representaban el 32 % de todas las infracciones, el 30 % de los casos de uso excesivo de la fuerza, y el 70 % de los disparos policiales. Solo en Toronto, los canadienses negros tenían 20 veces más probabilidades de morir en manos de un oficial de policía.

La supremacía blanca y el colonialismo no son exclusivos de Estados Unidos o del continente africano. La violencia policial es universal, la supremacía blanca es mundial y los mecanismos del colonialismo siguen funcionando, y es por eso que todos los días, en todo el mundo, siguen matando personas negras.

En consecuencia, por todos lados, las personas negras continúan la lucha incansable por sus vidas, sus comunidades y las generaciones futuras. En Estados Unidos, decimos #BlackLivesMatter, en Nigeria, decimos #EndSARS, y en Brasil, decimos #VidasNegrasImportam.

––––––––––
Publicado originalmente en: Global Voices (Creative Commons)
Por: Agostina Fumero el día 11 December, 2020

Salir de la versión móvil