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Día de la madre: la emotiva carta de un hijo a su madre

Mamá:
Acá estoy. Por fin me tienes en brazos como soñabas o como temías, sea como sea estoy acá y respiro sobre ti. Te miro porque tus ojos tienen luz y es casi lo único que puedo ver bien. Siento olores distintos y otras texturas, la fuerza de gravedad me jala hacia abajo y temo caer: pero vienen tus manos y me acunan, así es que nada malo puede pasar. Los primeros momentos son intensos, pero cada día será más fácil y menos abrumador. Para mi también lo será, no es fácil estar acá afuera, pero puedes hacerme sentir tan bien cuando siento tu cuerpo cerca.

Mamá, déjate llevar por lo que necesito, no luches. Soy parte de tu cuerpo y estoy de tu lado. No vine a pelear ni a hacerte las cosas difíciles, vine a mostrarte lo que eres: de lo que eres capaz, soy la luz que alumbrará tus rinconcitos oscuros y te ayudaré a conocerte mejor. Soy parte de tu cuerpo, siénteme, haz lo que tu instinto diga, no escuche ni creas, créeme a mí porque tu misma me creaste.

Olvídate de las horas, disfruta. Habrá días que serán noches y noches que serán días, pero si te dejas llevar nos tendremos el uno al otro y todo será más fácil.

Esta es la vida real, el amor real, el cansancio real, la felicidad real, lo demás fue ensayo. Pero si no te resistes a dejarte llevar, será maravilloso.

Todo lo que se ve ya no lo necesitas, necesitas eso que viene de adentro y que no se refleja: olvídate del espejo, tu cuerpo es perfecto porque me sostiene y me hace sentir vivo, mantenerme vivo. Sin ese cuerpo nadie existiría. Siempre serás la de antes pero tendrás la oportunidad de llegar a tu mejor versión. No te angusties, se pasa rápido, muy rápido.

Mamá querida, gracias por amarme tanto. Aunque a veces quieras tu vida de vuelta y pienses en irte lejos para poder estar en paz, eso también es parte de ser mamá y a todas les pasa pero es un secreto que nadie cuenta.

Las noches en vela, el trabajo diario, todo lo que has dejado de lado por mí lo tendré en cuenta y lo dejaré plasmado en mi corazón. Este trabajo que tienes, el de cuidarme, sumado a todos los trabajos que tienes que hacer diariamente, sin duda son la base de nuestra sociedad. Gracias por tratarme con respeto porque me enseñas a respetar a los demás, gracias por responde a mis necesidades y correr ante mi llanto, así me enseñas que soy merecedor de amor y que de adulto debo quererme como tu me quieres.

Gracias por lo que construyes, porque en el fondo construimos juntos y aunque estemos rodeados de gente o solos, siempre será un tema de dos.

Te adoro Mamá.

Texto escrito por Varinia Signorelli, Psicóloga Infantil & Femenina @supermadreblog y publicado en la web Nueva Mujer.