Ante la pandemia en la que nos encontramos a escala global, desde la sociología de la educación hemos coordinado un estudio exploratorio que se acaba de publicar y que presta especial atención a la voz de los agentes educativos y sociales.
Se trata de saber cómo están percibiendo y experimentando, principalmente los estudiantes y las familias, un fenómeno inédito que genera tantas inquietudes como interrogantes: algo que empezó siendo excepcional y sobre lo que ahora se dice que dará paso a una “nueva normalidad”, sin saber muy bien a qué apunta este término.
Lo que sí es cierto es que esta pandemia marcará un antes y un después en el ámbito de la educación y abre escenarios de incertidumbre creciente.
El trabajo de campo para esta primera radiografía se ha llevado a cabo mediante una veintena de entrevistas. Así, hemos hecho un recorrido desde el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años) hasta la universidad para poner en evidencia la diversidad de situaciones que atraviesan nuestro sistema educativo en el proceso de adaptación de las tareas presenciales a las virtuales.
El perfil de entrevistados es muy variado: hemos recogido testimonios de mujeres y hombres, de ámbito urbano y rural, de diferentes lugares de la península y de las islas.
En el caso de estudiantes, las personas entrevistadas son de ESO y Bachillerato. En el de las familias, son madres y padres que hablan, o bien a título individual, o como miembros de asociaciones de padres y madres de alumnos, así como profesorado y representantes sindicales que también responden desde su rol de madres y padres.
Una llamada de atención sobre la desigualdad
El balance nos lleva a hacer una llamada de atención sobre la desigualdad educativa y social y sobre las consecuencias que esta crisis está teniendo y tendrá en la intensificación de las desigualdades.
Esta pandemia hace de cristal y de lupa: refleja y amplifica nuestros límites y nuestra respuesta a los mismos.
Las conclusiones indican que, una vez más, los grandes perdedores de esta pandemia son los colectivos socialmente vulnerables y que más alejados están de una cultura escolar que pasa ahora por ser una cultura de la era digital.
Un eje transversal y común a todos los testimonios es la importancia de lo público, en momentos de necesidad, en el marco de políticas de orientación marcadamente neoliberal.
En cuanto a los estudiantes, surge la pregunta de si, en un momento tan difícil como este, tiene sentido seguir enviando “cantidades exageradas de deberes” (alumna, 4º ESO, Cuenca) en lugar de aprovechar la coyuntura para promover un aprendizaje significativo para la vida sobre cuestiones relacionadas con la pandemia, la sociedad, las personas, la ciudadanía, los cuidados y lo digital.
“No es el método adecuado”
El debate se ha situado sobre una sensación de pérdida curricular, cuando podría estar siendo un momento para aprender y crecer “de otra manera”. Así lo ilustra una de las estudiantes:
“No me entero de nada… En muchas materias nos mandan copiar sin conocer realmente el objetivo de dicha tarea, y creo que no es el método más adecuado”.
Alumna de 1º Bachillerato.
“Que descubran lo valioso de estar en familia”
También una de las maestras afirma:
“Durante este tiempo de confinamiento se debería hacer más hincapié en que descubran lo valioso que es estar en familia, desarrollen autonomía, aprendan a hacer tareas que suelen hacer sus padres y que así tengan más tiempo para estar juntos. Esto también es aprender y, sobre todo, ser”.
Maestra de Infantil 0-3.
“Esto va a tener un impacto en el aprendizaje”
Otra representante del profesorado coincide:
“Esta situación va a tener un impacto en el aprendizaje. Depende de cómo lo tratemos, este impacto será beneficioso o perjudicial. No tanto a nivel de contenidos como a nivel emocional”.
Maestra de Infantil 0-3.
“Trabajar en la distancia con el alumnado de necesidades”
Por otra parte, desde el ámbito de la gestión se llama la atención sobre el alumnado de necesidades especiales:
“También habría que hacer un apartado especial para el alumnado con necesidades de apoyo educativo. Con estas criaturas es más difícil trabajar en la distancia, para ellos es fundamental tener un referente que les motive y acompañe en el proceso de aprendizaje”.
Directora de CEIP.
“El profesorado no está presente”
Por su parte, las familias señalan que la mayor dificultad que encuentran en este momento es la falta de acceso o competencias TIC, así como suplir las tareas docentes.
“La mayoría de las familias han tratado de contribuir a la normalidad coordinándose y contactando con los y las docentes. Hay que entender que para todos ha sido una situación muy compleja y alarmante. De un día a otro cambia la manera de enseñar, el profesorado ya no está presente, están sus recomendaciones, la familia pasa a ser la que toma las riendas del proceso”.
Directora CEIP.
“Es complicado teletrabajar con niños en casa”
A ello se suma el debate, desde una mirada feminista, sobre la carga global de trabajo:
“Muchas mujeres han perdido sus posibilidades de conciliar vida laboral y familiar. Para quienes tienen la suerte de teletrabajar, está siendo muy complicado poderlo hacer con los niños en casa. Quienes se ven forzados a salir para realizar su trabajo tampoco tienen redes de apoyo”.
Responsable del sindicato FEsp-UGT.
“Se podrían comprar ordenadores en lugar de libros”
Será necesario un seguimiento de los posibles desequilibrios que esto ocasione en la división sexual del trabajo, si se ha abierto una nueva posibilidad para la corresponsabilidad o se incrementan las brechas de género. Incluso, se ofrece alguna clave de adaptación a la cultura digital:
“Con el dinero que se gastan las familias en libros de texto podrían comprar ordenadores portátiles sin problemas y no sería nada difícil que hubiera contenidos digitales para todos los niveles… Sin embargo, esto no se hace por el interés de las editoriales. Como, además, existe el bono libro, las familias no son conscientes del dinero que desembolsa la administración”.
Profesor de FP.
Estas voces están lanzando señales que la sociología tiene en cuenta para elaborar un diagnóstico y fundamentar la toma de decisiones responsables. Las ciencias sociales tienen una labor fundamental en proporcionar imágenes de la realidad sistemáticas, obtenidas de forma rigurosa, para producir un conocimiento fidedigno al servicio del bien común de la sociedad.
Nuestro balance no puede ser más positivo, a tenor del compromiso con que los diversos agentes educativos están sabiendo hacer frente a esta difícil situación que nos ha abierto la pandemia.
Pero nos lleva a hacer también una llamada de atención sobre la desigualdad educativa y social y sobre las consecuencias que esta crisis está teniendo y tendrá desde la mirada transversal de la desigualdad.
Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.
Fuente: The Conversation (Creative Commons)
Author: Mar Venegas, Profesora Titular del Departamento de Sociología de la Universidad de Granada, Universidad de Granada