En este artículo, Lydiette Carrión aborda la situación compleja de México como un país “parcialmente libre”, donde los medios y el periodismo están bajo influencia por factores tales como el narcotráfico. Analiza ejemplos específicos que demuestran cómo se perpetúa la ola narcológica, incluyendo aquellos casos en los cuales las redes sociales emergen como espacios de expresión frente al silencio mediático oficializado, todo ello dentro del contexto generalizado por parte de los medios para no revelar información vinculada a actores criminales. INTRODUCCIÓN: México se ha visto envuelto en una compleja relación entre libertad periodística y la ola narcológica, donde las redes sociales han emergido como espacios de expresión alternativos frente al silencio mediático oficializado. (Lydiette Carrión) INTRODUCCIÓN: Lydiette Carrión analiza cómo la influencia del narco ha ejercido un peso considerable en el periodismo y los medios de comunicación mexicanos, situando a México como “parcialmente libre” según Freedom House. Ella revisa casos específicos que ilustran este impacto, destacando especialmente la relevancia del blog narcomensaje dentro de un contexto generalizado por parte de los medios para no revelar información vinculada al narcotráfico y a otros grupos criminales.
Por Lydiette Carrión
México ya no es un país “libre” en materia de expresión y medios, según Freedom House.
El pasado 13 de enero, esta organización emitió su reporte 2010, en el que clasificó a México y Ucrania como países “parcialmente libres” en materia periodística y de libertad de expresión.
Freedom House asegura: “Cuatro países descendieron en su estatus, incluyendo Ucrania y México, que pasaron de “Libres” a “parcialmente libres”. El descenso de México es resultado de la inhabilidad del Estado de refrenar la ola de violencia debida a los grupos criminales vinculados al narcotráfico…”.
El cambio en la clasificación es un signo alarmante. Ello sin cuestionar sobre si, realmente, alguna vez México ha tenido una plena garantía de libertad de expresión (habrá que revisar los patrones de publicidad, la terrible dependencia de medios locales y nacionales a la publicidad gubernamental; la simbiosis de las agendas periodísticas con las de los partidos políticos, la imposibilidad de validar radios comunitarias y el silencio que hacen los medios “oficiales”, al respecto…).
¿Qué casos concretos se pueden identificar con este México amordazado por el narco? Por ejemplo, el de Tamaulipas, en donde la prensa no puede publicar nada que incomode al poder criminal (y de facto) en la entidad. Ahí han cobrado mucha relevancia redes sociales en donde ciudadanos advierten de balaceras y contingencias, frente al silencio (forzoso) de los medios.
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Paralelo a ello se presentan otros fenómenos: la prensa (local y nacional) callan. Pero los actores de esta guerra no lo hacen. Y tienen público y rating.
De acuerdo con las estadísticas de Add Planner (una herramienta de Google para conocer el tráfico estimado de sitios de internet), mientras el tráfico en internet de los diarios nacionales se mantiene relativamente moderado, el del blog del narco se dispara y le gana a varios.
El blog del narco (con más de seis millones de visitas totales) tiene más tráfico que los sitios Milenio (5.6 millones) y La Jornada (4.1 millones).
El blog del narco además tiene lectores leales, que permanecen en promedio, casi 10 minutos…
¿Quién realiza el blog del narco? Nadie sabe. Pero obtiene información exclusiva de una decena de entidades, toda vinculada con cárteles del narcotráfico.
En entrevistas con medios internacionales (como AP y LA Times), presuntos autores del blog aseguran que son sólo un estudiante de sistemas y un periodista. (Otro aspecto que debería analizarse es la falta de rigor de ambos medios internacionales, la cual no hubiera sido aceptada por sus editores si se tratara de información originada en países de primer mundo.)
Sin embargo, es inverosímil que dos personas hagan acopio de información de diversos grupos criminales, en gran parte del territorio nacional, sin vínculos directos con el ejército, la PGR o los propios cárteles…
¿Y la poli?
La policía cibernética o la PGR jamás han investigado (o hecho público al menos) el blog del narco. Vayan, ni si quiera la dirección IP.
Entre los chismes de reporteros, se asegura que uno de los alegatos de autoridades para no investigar el blog del narco es que “no hay denuncia alguna”, ni delito qué perseguir…
Esta respuesta contrasta, por ejemplo, con el hecho de que la PGR haya solicitado a la Interpol investigar el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema), que recopila comunicados de grupos político militares o guerrilleros.
*Revisar el número de “visitas totales” en las imágenes para hacer el comparativo.
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Lydiette Carrión es periodista y bloguera. Ha escrito en medios como Newsweek y Milenio. Reproducimos este texto con su autorización. Puedes leer más artículos de ella en su blog Historias del cielo y del Infierno.
Síguela en Twitter: @lydicar

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