Cada vez que pagas con tarjeta saben lo que compras, dónde lo compras, a qué hora lo compras, qué has visto antes de comprarlo y qué has comprado antes o después. Los bancos cruzar fácilmente los datos de tu tarjeta de crédito con los de tu número de teléfono y saben qué publicidad funciona, cual no, a qué hora y qué te hace más vulnerable a según que estímulos.
Además, saben también, sin dificultad, quién estaba en ese momento cerca de ti, que compró esa otra persona, cual es vuestra capacidad económica y hasta vuestra ideología, dependiendo del tipo de estímulos a los que respondéis y de los grupos a los que pertenecéis.
Y no se trata de opiniones, o de encuestas: se trata de datos reales, porque la gente, al usar su dinero, lo hace con sus preferencias reales, lo que da verdadero valor a estos datos que, según tengo entendido, se pagan hasta 200 veces más que las opiniones de una encuesta. Porque son acciones reales basadas en preferencias y deseos reales, insisto.
Cuando cometemos ya la estupidez terrible de pagar algo con el móvil, la cascada de datos que se obtienen es ya inmediata y descomunal. Una verdadera orgía de vulnerabilidad.
Y aún así, a pesar de lo que estoy contando, la principal razón de mantener el dinero en efectivo NO es evitar esta fuga de datos. Hay algo aún MÁS IMPORTANTE.
Estamos en Menéame, ¿vale? Todos sabemos cómo va esto. Nos echamos unas risas, nos pasamos un poco con un comentario, decimos algo que no gusta al administrador subnormal que hay (sólo hay uno/a, pero siempre te toca a ti), se produce un error o un malentendido. Y recibimos un strike. Nuestros 13 puntos de karma, a la mierda. Dos semanas sin comentar.
A todo el mundo le cabrea que le paso eso, ¿verdad? Unos se ríen después (yo), otros se marchan (Livingstone) y otros tratan de autocensurarse para que no les pase de nuevo. Pero se cabrea todo el mundo. En na chorrada como este sitio. En algo tan ridículo como el karma…
Pues bien: sin dinero en efectivo, ESO lo podría hacer un policía con tus cuentas. Porque sí. Porque él lo vale. Temporalmente, mientras un juez decide. Temporalmente, mientras venos tu caso. O mientras no lo vemos, y te tiras una semana sin comer, o mendigando entre tus amigos. Porque has dicho algo feo. Porque no te has doblegado. Porque no chupaste el helado, la cucharilla o lo que tuvieras que chupar. Porque tu cara se parecía a otra y a lo mejor se equivocó el algoritmo de reconocimiento facial. O porque sí, para que aprendas a temer, que también cuenta. No tienes modo de defenderte, ni de ser previsor. El ahorro es libertad, decían. Pues adiós ahorro y adiós libertad.
¿Os dais cuenta de que, sin dinero en efectivo, os pueden dejar sin nada en un minuto? Ahora te anulan las tarjetas y un colega te presta 100€. pero sin efectivo, te señalan y el colega tampoco tiene efectivo que prestarte sin señalarse a su vez como el que te dio dinero. ¿Lo veis? Sin efectivo, te señalan y nadie te podrá ayudar. Te pueden dejar morir, si quieren, en medio de la calle. No eres nada. No tienes nada. No puedes obtener nada. Y nadie podrá ayudarte.
Y todo con un click. Con una entrada en la base de datos. Con un strike como los de Menéame, pero que te deje seco de veras. En la mierda. En el cementerio de las ovejas díscolas.
Cuando oigo que alguna gente pide esto, alucino. Para reducir el fraude, dicen…
Hay que joderse.
Los campesinos enterraban unas monedas bajo una piedra para burlar las rapiñas feudales. Unos dicen que eso es el origen de la revolución y otros que es el origen del fraude fiscal. La verdad es fácil de ver: los caballeros armados no eran los que enterraban las monedas… ¿Necesitáis saber más?
Vía Menéame