La respuesta en Twitter de Movistar a una demanda laboral dejó al descubierto toda una red de bots al su servicio que robando fotos y promoviendo la desacreditación intentaban posicionar como favorable ante la opinión pública a la empresa de telecomunicaciones española.
Una investigación que comparte la periodista Lali Sandiumenge y que ha publicado originalmente en su blog “Guerreros del Teclado”
El ejército bot de Movistar
Una campaña articulada a través de una red de decenas de cuentas falsas en Twitter intenta mejorar la imagen de la compañía y contrarrestar las denuncias de los trabajadores
Los bots son programas informáticos especialmente diseñados para imitar el comportamiento humano. En Twitter, por ejemplo, son capaces de generar mensajes coherentes como si los hubiera escrito un usuario de carne y hueso común y corriente. Una persona, vaya, un ciudadano, como tantísimos otros que comparten información y opinan cada día en la red. Eso, precisamente, es lo que hizo una aplicación automática al servicio de la imagen de Movistar coincidiendo con el segundo día del Congreso Mundial de Móviles (WMC) que se celebró en Barcelona del 25 al 28 de febrero. El objetivo aparente: contrarrestar la campaña que lanzaron en Twitter trabajadores de Telefónica con el hashtag #MovistarNóosAvergüenzaUnRato (fue trending topic durante cuatro horas el día 26) con una etiqueta de signo contrario, #PalabrasNeciasMovistarSorda, y mensajes de crítica hacia Marcos Armenteros, el trabajador que fue despedido de forma improcedente en febrero de 2011 en Barcelona por bajas médicas discontinuas. No solo los tuits eran falsos, también lo eran la gran mayoría de las cuentas desde las que se tuitearon. Se trata de una estrategia, denominada astroturfing, que busca hacer pasar como una reacción social espontánea lo que es simplemente una cuidada campaña de relaciones públicas. Pero los pillaron.
“Nos pareció raro”, explican desde la Coordinadora Informática de la CGT, los primeros en darse cuenta de que algo olía mal. “Empezó mucha gente de repente a tuitear con ese hashtag. Miramos los avatares y todos eran como muy guapos y eso tampoco era normal”. Y empezaron a tirar del hilo. Primero pensaron que eran usuarios contratados, pero gracias a la colaboración de otro tuitero descubrieron que todos los tuits se habían generado desde la misma aplicación centralizada, envíomensajes, “para simular un apoyo social que no existe”. Averiguaron también que una de las fotos de perfil de una de las cuentas correspondía a un exitoso modelo. Intercambiaron tuits con el usuario en cuestión, un tal J. Fernández Aguilar, que se presentaba como un estudiante de periodismo (@jfernadeza, ha sido eliminado), y se sorprendieron de dos cosas: el amplio nivel de conocimiento que tenía del caso de Marcos y el hecho de que “no había tenido antes ninguna conversación humana” a través de sus mensajes: hasta entonces todo habían sido retuits y tuits, sobre todo de marketing gastronómico, turismo y belleza, pero ninguna interacción.
Para entonces no eran los únicos que investigaban. También el consultor de IT Alejandro Amo y la cuenta @bankiarota se habían puesto a seguir la pista de los perfiles. Otros usuarios más buscaban y compartían información mientras muchos se hacían eco de la manipulación. “La red no perdona que se la trate de instrumentalizar”, me dijo uno de ellos, parafraseando a Margarita Padilla, @cien_margaritas. “Parece mentira lo mal que se les da controlar la red cuando tienen el control de los medios. Les hemos destruido el ejército entero”. “Aprendices”, “torpes”, “penoso”, “ridículo” e “infantil” son algunos de los términos con los que se ha calificado estos día la guerra sucia en el ciberespacio al servicio de la limpieza de la imagen de Telefónica.
La lista de perfiles falsos que se usaron es larga; mientras que algunos se crearon el mismo día otros están activos desde hace cosa de un año y parecen haber participado en otras campañas de astroturfing al servicio de intereses comerciales y políticos. Alejandro Amo lo ha estudiado a fondo y ha conseguido aislar a más de 60, muchos de los cuales utilizan –como en el caso del modelo- fotografías de otras personas pirateadas de Internet (la de un catedrático de derecho constitucional español, un modelo francés, una modelo canadiense, una chica mexicana, una tenista rusa y una ginecóloga de Albany) o descargadas de plataformas como stock, de blogs con trucos de belleza o hasta del portal del colegio de ingenieros de Perú. La foto de la cuenta @mercedeherano, por ejemplo, que mantenía una presunta “economista, empresaria e independiente” ya desaparecida de la red, es de la bloguera de moda californiana Maegan Tintari, @lovemaegan. Muchos de los perfiles han sido ya eliminados (es posible que por parte de Twitter después de que se le comunicara lo que sucedía) y otros han protegido sus tuits y los mantienen ahora en privado, pero todavía se pueden recuperar algunos vía topsy.com.
Alejandro Amo asegura que el hecho de que tuitearan o retuitearan todos de forma sincronizada desde la aplicación de control remoto envíomensaje es la prueba irrefutable de que son bots. Por si alguien lo discute, enumera una larga lista de indicios que se repiten en los perfiles: una proporción de followers/following anormal; un patrón de repetición en la composición del nombre de las cuentas; nombres “demasiado españoles”; biografías parecidas que repiten tópicos (madre feliz de dos hijas preciosas, padre feliz de dos hijos); ausencia de rastros de esas personas en la red fuera de Twitter; ausencia de urls en los perfiles; fotos de muy baja calidad y resolución; ausencia de interacciones con otros usuarios o conversaciones muy superfluas, entre otras. “Un indicio solo no tiene peso, pero cuando se unen un conjunto de reglas heurísticas sabes que son falsos”, subraya.
Otro dato sospechoso, este detectado por @bankiarota, es que todos los tuits críticos con Marcos se emitieron en la misma franja horaria y luego cesaron repentinamente. El mismo hashtag #PalabrasNeciasMovistarSorda apareció en todos ellos pero, como subraya Alejandro, “sin una fuente original que los interrelacione”. También el contenido de los tuits levantó suspicacias. Según la investigación de @bankiarota, las frases contra Marcos Armenteros y en apoyo de Movistar fueron una batería de una treintena que repitieron al pie de la letra algunos perfiles estudiados.
#ShameOnMovistar
La campaña en defensa de Movistar se produce cuando el movimiento que exige la readmisión de Marcos Armenteros en la calle y en la red ha refinado ya su estrategia online y sus acciones sobre el terreno, consiguiendo una notable difusión y apoyo social. La huelga de hambre que arrancaron un grupo de trabajadores en noviembre pasado, se ha vuelto a repetir coincidiendo con el congreso internacional de telefonía móvil y el flashmob que llevaron a cabo ha conseguido salir en portada en el diario francés Le Monde. “La campaña indica que las denuncias en las redes sociales les está haciendo daño y que están muy preocupados, pero nos sorprende que hayan bajado al barro para pelearse con nosotros”, afirman desde la Coordinadora Informática de la CGT.
Los tres hashtags (#MovistarNóosAverguenza, #StopCrueldadMovistar y #MarcosReadmisión, además de #ShameOnMovistar, en inglés) que se pusieron en marcha en días consecutivos durante el congreso consiguieron ser trending tópic en poco rato. Se usaron para unificar mensajes escritos en catalán, castellano e inglés denunciando el caso de Marcos y criticando a la compañía unidos al hashtag oficial #MWC13 y a las cuentas @movistar_es y @kimfaurabatlle, del director general de Telefónica en Catalunya. La avalancha de menciones fue tal que forzó, presumiblemente, al directivo a eliminar su cuenta en la red social el día 27.
Los usuarios asediaron también a la compañía a través de su página de Facebook: vale la pena echarle un vistazo y ver hasta cuantos #marcosreadmisión y #stopcrueldadmovistar se dejaron en los comentarios (junto a numerosas críticas de usuarios de sus servicios). “#stopcrueldadmovistar, despedir estando de baja. Hipócritas. Mientras Movistar contrata a Urdangarín o Rato”, reza uno de los comentarios. “Qué feo está maltratar a los clientes, echar a trabajadores enfermos y dar el penoso servicio que dais”, apostilla otro.
Una red al servicio de empresas y políticos
La Coordinadora Informática de la CGT considera que la campaña online contra Marcos Armenteros ha estado “muy bien planificada”. “Esto no se puede hacer en un momento, necesita tiempo de preparación”, aseguran y apuntan a una empresa subcontratada especializada en este tipo de acciones en redes sociales, “pero bastante chapucera”.
Lo mismo denuncia Alejandro Amo. Tirando del hilo, el consultor de IT no se ha detenido en la campaña contra el trabajador despedido y está poniendo al descubierto una trama más sofisticada de astroturfing y diseminación de contenidos para crear opinión con intereses comerciales y políticos, articulada a través de una amplia red de cuentas falsas. “Estamos ante una red, durante largo tiempo forjada, de manipulación de la opinión pública”, sostiene. En un extenso artículo colgado anoche en su blog, explica paso a paso su investigación y los resultados que está dando.