Skip to content

¿El misterio del sabotaje al gasoducto Nord Stream está resuelto?

DALL·E 2024 08 15 13.43.29 A symbolic illustration of two mysterious figures—a male diver and a woman—emerging from the dark depths of the Baltic Sea. The diver is equipped with

El sabotaje al gasoducto Nord Stream es uno de los eventos más enigmáticos y espinosos de los últimos tiempos, con implicaciones geopolíticas profundas y una red de sospechosos que abarca varias naciones. La voladura de este crucial canal energético en el Mar Báltico no solo fue un golpe contra la infraestructura energética, sino que también planteó interrogantes sobre las posibles consecuencias internacionales de un acto de sabotaje de esta magnitud.

Un ataque sin precedentes: los primeros indicios

El 26 de septiembre de 2022, se produjeron una serie de explosiones que destruyeron partes críticas del Nord Stream 1 y 2, dos gasoductos que transportaban gas natural desde Rusia hasta Alemania. Estas explosiones, ocurridas a más de 70 metros de profundidad en el fondo marino, provocaron una inmediata crisis internacional, con varias naciones europeas lanzando investigaciones para identificar a los responsables.

Desde el inicio, la naturaleza del ataque sugería una operación meticulosamente planificada, con la participación de buzos altamente capacitados que pudieron haber utilizado un yate de vela, un medio inusual para un acto de sabotaje de tal envergadura. Este yate, llamado Andrómeda, se convirtió en la principal pista en las investigaciones alemanas.

El papel del Andrómeda y la ruta del sabotaje

La investigación reveló que un grupo de seis personas había partido desde el puerto de Rostock, Alemania, el 6 de septiembre de 2022. Testigos en el puerto observaron a cinco hombres y una mujer embarcar en el Andrómeda, un yate de 15 metros de eslora con capacidad para 10 personas. Los investigadores encontraron restos de explosivos en el interior del yate, idénticos a los utilizados en el ataque.

La ruta seguida por el yate incluyó escalas en la isla de Rügen (Alemania), Bornholm (Dinamarca) y Sandhamn (Suecia), antes de regresar a Rostock dos semanas después, sin dejar rastro de sus tripulantes, quienes desaparecieron sin siquiera recuperar la fianza del alquiler del barco.

Sospechas que apuntan a ucrania

Un año después del ataque, las sospechas comenzaron a apuntar hacia Ucrania. Investigadores alemanes descubrieron que algunos de los pasaportes utilizados para alquilar el Andrómeda eran falsos, incluyendo un pasaporte búlgaro y otro rumano, utilizados por personas que podrían estar vinculadas a Ucrania. Uno de estos sospechosos, identificado en las investigaciones, parecía ser un soldado ucraniano llamado Valerica, cuyas fotos en uniforme circulaban en redes sociales.

Los investigadores alemanes también encontraron conexiones con una empresa en Varsovia, que pagó el alquiler del yate. Esta empresa, aunque oficialmente dirigida por dos mujeres, parecía estar controlada por Rustem A., un empresario ucraniano con vínculos con el estado ucraniano. Este hallazgo aumentó las sospechas sobre la posible implicación de Kiev en el atentado.

El contexto geopolítico: tensiones y teorías

El ataque al Nord Stream se produjo en un momento de alta tensión entre Rusia y Occidente, en el marco de la guerra en Ucrania. Los gasoductos eran vistos como un símbolo del poder energético ruso sobre Europa, y su destrucción fue interpretada por algunos como un intento de debilitar la influencia de Rusia en el suministro de gas a Europa.

Diversas teorías surgieron en torno a quién podría haber estado detrás del ataque. Una de las más destacadas fue la del periodista estadounidense Seymour Hersh, quien afirmó que Estados Unidos había destruido el gasoducto con la ayuda de buzos de la marina, durante un ejercicio de la OTAN. Sin embargo, esta teoría fue ampliamente cuestionada debido a la falta de pruebas y la dependencia de una única fuente anónima.

Otras teorías sugieren la posible implicación de Rusia, dada la presencia de barcos rusos cerca del lugar de las explosiones. Sin embargo, los investigadores no han encontrado pruebas concluyentes que respalden esta hipótesis.

Preguntas sin responder

Un año después del sabotaje, la investigación sigue abierta y no se ha identificado de manera concluyente a los responsables. Aunque las pistas apuntan en varias direcciones, especialmente hacia Ucrania, aún no se ha esclarecido si se trató de una operación estatal o de un grupo privado con motivos desconocidos.

El ataque al Nord Stream ha dejado una marca indeleble en las relaciones internacionales, subrayando la vulnerabilidad de la infraestructura energética global y la complejidad de las relaciones geopolíticas en un mundo cada vez más interconectado.

Nuevas revelaciones: ¿Se planeó en una fiesta?

Según lo publicado por el Wall Street Journal y mencionado en El Confidencial, el ataque al Nord Stream podría haber sido autorizado directamente por altos mandos ucranianos, incluyendo a Volodímir Zelenski, y planificado durante una fiesta, lo que indica un cambio de narrativa hacia un origen más informal y quizás menos profesional del ataque.

El sabotaje al Nord Stream fue planificado durante una fiesta

Comparación de versiones

Las dos versiones difieren en la naturaleza de la planificación. La primera sugiere una operación cuidadosamente orquestada y mantenida en secreto por especialistas, mientras que la nueva versión sugiere un enfoque más improvisado y personal, posiblemente más emocional o menos calculado.

Análisis crítico

Si bien ambas versiones apuntan hacia Ucrania como el origen del ataque, la segunda versión puede parecer más inverosímil debido al contexto de la guerra y la delicada situación internacional. Es difícil imaginar que una operación de tal magnitud y riesgo se decidiera de manera tan casual. Sin embargo, si se confirma, esto podría implicar una mayor imprudencia y un manejo más impulsivo por parte del gobierno ucraniano, lo que podría dañar seriamente su credibilidad en el ámbito internacional.

En conclusión, aunque ambas versiones coinciden en ciertos puntos clave, la última revela un aspecto mucho más controvertido y potencialmente dañino para las relaciones internacionales, sugiriendo una falta de profesionalismo en la ejecución de una operación tan crítica.