En Argentina, así como en gran parte de Latinoamérica, los servidores públicos (grandes y chiquitos) siguen gobernando con la Biblia en la mano y la Constitución en ningún lado. Por eso, después de la victoria sobre el lobby católico (y evangélico) que significó la despenalización del aborto sin importar las causales, ahora viene la grande: dejar bien clara la división entre la Iglesia y sus creencias y el Estado y sus obligaciones con la gente.
A guardar el pañuelo verde y sacar el naranja, por lo menos en Argentina
Todavía hay países que siguen empuñando el pañuelo verde en pro de la despenalización del aborto, pero para el país del sur, es momento de ampliar el repertorio de derechos ganados; aunque eso no será posible si todavía no existe una distinción clara entre las leyes y las creencias judeocristianas que imperan en las mentes de los legisladores. ¿Por qué no seo aprobaba el aborto? Bueno, porque es un pecado. O algo así. Y contra eso es que se lucha.
En el caso de México, teóricamente es un Estado laico, aunque ya sabemos que esto no es cierto en la práctica. Las creencias católicas y la influencia de esta iglesia en la cúpula del poder suele dictar la agenda. Quizá sea hora de adoptar el pañuelo naranja y toda la lucha que hay detrás en tierras aztecas.