Retomamos la explicación que hace el periodista y corresponsal mexicano Témoris Grecko que tiene experiencia en Gaza:
En esta nueva guerra, hay dos combatientes, Hamás y milicias aliadas, e Israel. No es una guerra de los palestinos ni de los gazatíes. Es de Hamás. Y habrá numerosas víctimas civiles, la mayoría palestinas, y también israelíes.
No es una guerra de liberación de Palestina. Esto… pic.twitter.com/FgXuy029VK
— Témoris Grecko (@temoris) October 7, 2023
En esta nueva confrontación, se enfrentan dos grupos: Hamás y sus milicias aliadas, por un lado, e Israel por otro. Es importante señalar que esta no es una guerra que represente a todos los palestinos o a los habitantes de Gaza en general; es una iniciativa de Hamás. Lamentablemente, se prevén numerosas víctimas civiles, siendo la mayoría de ellas palestinas, aunque también se contarán víctimas israelíes.
Es crucial entender que esta guerra no tiene como objetivo la liberación de Palestina. Los partidos pertenecientes a la Organización para la Liberación de Palestina, fundada por Yasir Arafat, son enemigos declarados de Hamás.
Esto se debe a que Hamás es una milicia compuesta por individuos extremistas religiosos que han instaurado un régimen opresivo en Gaza. No consultaron a la población antes de emprender esta ofensiva y, desafortunadamente, serán los habitantes de Gaza quienes sufrirán las consecuencias más directas.
Cuando estuve cubriendo la guerra en 2014 desde dentro de Gaza, la propaganda israelí nos acusaba de no mostrar a los miembros de Hamás lanzando cohetes. Sin embargo, esto era una acusación infundada, ya que en realidad no podíamos observarlos. Hamás había construido una red subterránea extensa que incluía cuarteles y dormitorios desde donde llevaban a cabo sus acciones. Los drones israelíes tenían un control absoluto del espacio aéreo y, en cuanto localizaban a alguien de Hamás, lo eliminaban. Para evitar confusiones, nosotros llevábamos chalecos azules con la inscripción “PRENSA”.
Los civiles son quienes permanecen en la superficie y sufren los impactos de los bombardeos israelíes. Estos civiles no tienen el poder de voto y están obligados a acatar las decisiones de los líderes islamistas.
Hasta el momento, los objetivos inmediatos de la guerra iniciada por Hamás no están del todo claros. Su nivel de planificación y ejecución es sin precedentes y ha tomado por sorpresa a los israelíes. Esto sugiere que están siguiendo un plan con metas concretas que creen que pueden alcanzar.
No obstante, es importante subrayar que el bienestar de la población de Gaza no es una prioridad para Hamás en ningún caso. Su objetivo es imponer su dictadura religiosa en toda la región.
Israel está respondiendo con una fuerza considerable. En 2014, en tan solo 15 días, logró eliminar todos sus objetivos militares. Luego, dedicó los siguientes 40 días a destruir infraestructuras civiles, incluyendo edificios residenciales y escuelas de la ONU que funcionaban como refugios, ya que no podían mostrar debilidad al disminuir la intensidad de sus ataques. El costo humano fue inmenso.
Ahora, Netanyahu y los generales se han visto desafiados por una ofensiva que no pudieron anticipar, a pesar de su tecnología avanzada y sus redes de espionaje. Hacía décadas que no sufrían un daño tan severo y es probable que busquen venganza.
Es plausible que Hamás esté calculando que la toma de rehenes podría forzar negociaciones en las que tengan una ventaja. Sin embargo, es incierto. En 2011, Israel intercambió al soldado Gilad Shalit por 1027 prisioneros palestinos, por lo que es posible que ahora busquen restablecer su imagen de superioridad absoluta, reafirmar el sentido de seguridad de su población y fortalecer la imagen de un gobierno ultraderechista de Netanyahu que ya está bastante cuestionado.