Durante la pandemia, preocupaciones económica complicaron la incertidumbre sobre condición de inmigración
Héctor Amaya entró a Estados Unidos ilegalmente desde El Salvador en 2004. A pesar de que actualmente está autorizado a vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos en virtud del Estado de Protección Temporal (conocido como TPS), Amaya vive con constante temor de deportación.
El TPS debió expirar para los salvadoreños el 2 de enero de 2020, pero hubo un acuerdo entre los gobiernos de Trump y de Nayib Bukele que postergó la fecha de término al 2 de enero de 2021.
A comienzos de diciembre de 2020, el término del programa TPS se extendió al 4 de octubre de 2021, debido a batallas legales en curso que han logrado que el gobierno de Trump le ponga fin al programa. Según Miami Herald:
On Monday, DHS said that although a U.S. appeals court in September overturned a Northern California lower district court’s temporary injunction barring President Donald Trump from terminating TPS, the appellate court has not yet issued its directive to the district court to make that ruling effective.
As a result of the court’s delay, the injunction ordered in the lawsuit Ramos vs. Nielsen on behalf of TPS recipients from Haiti, Nicaragua, El Salvador, Honduras, and Sudan remains in place.
El lunes [7 de diciembre], el Departamento de Seguridad Nacional dijo que, aunque una corte de apelaciones estadounidense revocó en septiembre la orden temporal de una corte distrital del norte de California que impedía que el presidente Donald Trump pusiera fin al TPS, esa corte de apelaciones aún no ha emitido su directiva a la corte distrital para hacer efectivo el mandato.
Como resultado de esa demora de la corte, sigue vigente el mandato ordenado en la demanda de Ramos vs. Nielsen en representación de los beneficiados de Haití, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Sudán .
El estado migratorio del TPS se concedió a los salvadoreños luego de los devastadores terremotos de 2001 en El Salvador que dejó miles de muertos y cientos de miles de casas destruidas. Este programa brinda estado legal temporal a los salvadoreños que entraron a Estados Unidos después de 2001 y no pudieron regresar a casa por el desastre natural. Además, el TPS ha permitido que inmigrantes de Haití, Somalia, Sudán, Nepal, Honduras, Liberia, Sudán del Sur, Yemen y Siria permanezcan en Estados Unidos debido a desastres naturales similares o conflictos armados en sus países de origen.
Como muchos de los casi 250 000 salvadoreños que viven en Estados Unidos en virtud de TPS, Amaya lo ha tenido complicado durante la pandemia de COVID-19, pues perdió el trabajo en el rubro de construcción que había ejercido durante más de diez años pues la empresa tuvo que cerrar por la pandemia.
Le preocupa su situación laboral, pero se preocupa más por sus padres en El Salvador. Amaya dijo a Global Voices por teléfono que no ha visto a su familia, que sigue en El Salvador, desde hace más de 15 años. Su condición migratoria siempre ha sido temporal, y según las normas, no puede salir del país y luego volver a entrar legalmente:
It has been more than 15 years since I hugged my parents. All I want to do is sit with them and talk. Also, I want to see my mom smile and cook for me all the traditional Salvadoran foods, something she loves doing. It is the little things that I miss the most. My parents are older and live in a rural area of Berlin in Morazan. I am afraid they will get COVID and have to go to a Salvadoran Hospital. The fear of them getting sick and dying keeps me awake at night more than losing my job.
Han pasado más de 15 años desde que abracé a mis padres. Todo lo que quiero hacer es sentarme con ellos y conversar. Además, quiero ver a mi mamá sonreír y cocinar para mí todas las comidas tradicionales salvadoreños, algo que le encanta hacer. Es lo que más echo de menos. Mis padres son mayores y viven en una zona rural de Berlín en Morazán. Temo contraer COVID y tener que ir a un hospital salvadoreño. El temor de enfermarlos y que mueran no me deja dormir más que perder mi trabajo.
Además del COVID-19 y de perder su empleo, Amaya ha debido preocuparse por su precaria condición migratoria. Pese al reciente anuncio de extensión adicional, las perspectivas de Amaya de convertirse en residente permanente o ciudadano estadounidense con el programa TPS siguen siendo difíciles. Los beneficiarios del TPS pueden obtener la residencia permanente (Green Card) por otros medios, como petición familiar o de empleo. Sin embargo, los beneficiarios del TPS enfrentan otra dificultad. Si logran la residencia permanente, deben salir del país durante tres a diez años y hacer que su visa se procese en una oficina consular.
Si el programa TPS no se prorroga después de octubre de 2021, Amaya se verá obligado a salir de Estados Unidos, país al que ya llama su casa. Su otra opción sería quedarse en Estados Unidos como inmigrante indocumentado, algo que no quiere. Afirmó:
I live in constant fear that the TPS program will end before I find a way to become a permanent resident. I have done everything right; I am fluent in English, pay my taxes, and follow the law. I am looking to permanently legalize my status but haven’t found a way yet.
Vivo en constante temor de que el programa TPS termine antes de que encuentre una manera de ser residente permanente. He hecho todo bien: hablo inglés con fluidez, pago mis impuestos y cumplo con la ley. Quiero legalizar mi condición permanentemente, pero aún no encuentro la manera.
Amaya tiene la esperanza de que el gobierno de Joe Biden extienda el TPS y le permita a él y a otros ser residentes permanentes legítimos.
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Publicado originalmente en: Global Voices (Creative Commons)
Por: Gabriela Garcia Calderon Orbe el día 19 December, 2020