Una de las frases que solemos leer en notas que narran la violencia misógina que sufrimos las mujeres día con día en México, es ‘¿Por qué no lo denunció antes?’. Pero muchas mujeres sí denuncian, lo hacen no una ni dos, sino decenas de veces. En el caso de Andrea fueron 26 denuncias, 26 llamadas de auxilio sin respuesta. El hombre que había denunciado todas esas veces, Arturo ‘N’, dicen los medios, la asesinó a puñaladas en Torreón, Coahuila.
Arturo, el acosador con licencia para matar expedida por las autoridades de Torreón
Andrea tenía tan sólo 27 años de edad. Hace dos meses su cadáver fue hallado apuñalado en su apartamento; el responsable habría sido Arturo, a quien ella ya había denunciado 26 veces con las autoridades. Y es que el hombre de 42 años no dejaba de seguirla y enviarle mensajes.
El feminicida ya fue detenido por las autoridades, aunque demasiado tarde: una muerta más ha llegado para completar las ‘más o menos’ -siempre más-muertas diarias en el país del cambio, la esperanza y la honestidad, como diría nuestro flamante presidente.
Nadie supo de las denuncias hasta que la Fiscalía del estado dio con el asesino y descubrió así que ya había un amplio registro donde la víctima denunciaba abiertamente, con nombre y apellido, a quien meses después sería su feminicida. En el momento ‘no pudieron hacer nada’ porque ‘todavía no la había dañado’.
¿Por qué no había denunciado antes?