Son imágenes francamente conmovedoras y que nos recuerdan cómo las fronteras son absurdas
Y es que miles de migrantes mexicanos como cada año celebran en las Playas de Tijuana el Día de la Madre separados por las inmensas vallas que dejan un lado a los hijos y a los nietos, en Estados Unidos y del lado mexicano a las madres que lloran ante lo emotivo del encuentro:
Madres de familia llegaron a Playas de Tijuana con el objetivo de ser partícipes del festejo del Día de las Madres y tener la oportunidad de reencontrarse con sus hijos, solo que separados por la malla divisoria entre México y Estados Unidos.
“Tengo mis sentimientos encontrados porque tenía cinco años que no veía a mi hijo. Pues la verdad no hemos más que puro llorar y llorar, no hemos platicado mucho, pero ya verlos por aquí pues una bendición de mi padre Dios”, dijo María de Lourdes quien festjó el Día de las Madres.
Doña Petra llegó desde Acapulco, Guerrero para ver su hijo que radica en Estados Unidos, Luis tiene 20 años viviendo en San Ysidro, California.
“Vine a ver a mis nietos, a mis hijos. – ¿Qué se siente festejar el Día de las Madres teniendo un muro de por medio? – Pues triste, porque no puede uno abrazarlos, ni nada, estamos viendo de por medio las rejas ahí, no se puede abrazar uno con ellos ni nada. – ¿Cuál sería su deseo? – Pues pasar para adentro para verlos cerquitas”, indicó la señora Petra Basabe.
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