La violencia, ese animal oculto en los escombros de las vísceras, ese grotesco impulso disfrazado de dolor y angustia, se transforma en imagen y poesía brutal en las manos de Takashi Mike, uno de los directores contemporáneos más polémicos de los últimos años, y quien crea en Ichi The Killer, ese impacto visual y auditivo que seduce y transgrede, convirtiendo al espectador en un cómplice, un pequeño homicida a través de la mirada voyerista.