Jimena Quirós Fernández y Tello nació en Almería el 5 de diciembre de 1899. Era la hija pequeña de José María Quirós Martín, un ingeniero que había llegado desde Madrid a Almería como agente de explosivos para la minería, y Carmen Fernández-Tello, una cualificada docente que abrió un colegio privado en la ciudad. Gracias a esta actividad, la profesora mantuvo a toda su prole después de que el padre abandonara a la familia poco tiempo después del nacimiento de Jimena.
Jimena se trasladó a Madrid en 1917 para estudiar Ciencias en la entonces Universidad Central. Como para muchas estudiantes de la época, la Residencia de Señoritas fue el lugar en el que vivió y se relacionó con mujeres relevantes de los mundos de la cultura, la ciencia y la política de la primera mitad de siglo XX: Maruja Mallo, María Zambrano, Clara Campoamor, Matilde Huici y Victoria Kent fueron algunas de ellas.
Su interés por la oceanografía fue creciendo y, en abril de 1920 y mientras continuaba con sus estudios, comenzó a trabajar como alumna interna en el Instituto Español de Oceanografía (IEO), centro fundado en 1914 y dedicado a la investigación en ciencias del mar.
Se licenció en Ciencias con premio extraordinario en 1921 y, unos meses después, se convirtió en la primera científica española en embarcar en una campaña oceanográfica. La expedición, a cargo del IEO, tuvo lugar a bordo del buque Giralda, duró un mes y recorrió las costas españolas del Mediterráneo. Jimena trabajó como ayudante del oceanógrafo y naturalista francés Julien Thoulet.
A su regreso, y con solo 22 años, ganó unas oposiciones y se incorporó al laboratorio del IEO en Baleares. Fue la primera científica de la historia de la institución.
En 1922 viajó a los laboratorios situados en Málaga para investigar sobre la biología de los moluscos. De este estudio nació su primer artículo científico, Algunos moluscos comestibles de la provincia de Málaga, publicado en el Boletín de Pescas del IEO en 1923. Fue el primer artículo en el área de ciencias del mar que firmaba una mujer en España. En esta publicación, Jimena detallaba la biología de más de cuarenta especies, y notificaba además el agotamiento de algunas en zonas de pesca de la Bahía de Málaga.
Tras finalizar esta investigación, regresó a la sede del IEO en Madrid y continuó con su formación. En 1925, M. Adrien Robert, profesor de la Sorbona (París), impartió un curso de biología marina en el IEO. Interesada por el tema, Jimena fue a trabajar durante el verano en el Laboratorio de la Universidad de París y en la Estación Biológica de Roscoff en la costa septentrional de Bretaña (Francia).
En 1926 la joven investigadora consiguió una beca de un año para incorporarse al Laboratorio de Fisiografía de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE. UU.). Allí, tutorizada por algunos de los mejores científicos de la época, estudió geografía física de la atmósfera y los océanos.
En 1930, tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, Jimena comenzó a militar en el Partido Republicano Radical Socialista. A partir de 1932 presidió el Comité Femenino del partido en su afán por conseguir la igualdad de los derechos de las mujeres.
En mayo de 1932 fue destinada al Cantábrico para obtener datos oceanográficos. Durante tres meses y a diario, la científica tomaba medidas de temperatura, transparencia y salinidad del agua en una estación en el interior de la bahía de Santander y otra en el exterior.
La investigadora constataba en sus informes los errores metodológicos en las directrices que le habían dado para los muestreos, siendo muy crítica con el trabajo que se había realizado en los últimos años en la bahía. De hecho, cambió por completo el diseño del proyecto.
A su regreso, por desavenencias con algunas personas del IEO, le abrieron un expediente disciplinario del que fue exculpada a mediados de 1934 debido a la falta de fundamento de las acusaciones.
En junio de 1933, en pleno proceso de discrepancia con el IEO, Jimena obtuvo su título de profesora para institutos de enseñanza secundaria y ejerció durante un curso como profesora de Historia Natural en el Instituto Nacional Nuevo de Bilbao.
A finales de 1934 regresó a Madrid y se reincorporó al IEO, hasta el comienzo de la Guerra Civil, momento en el que el Gobierno de la República le pidió volver a ejercer como profesora de instituto.
Cesada por izquierdista
Tras finalizar la Guerra, el bando nacional ordenó a Jimena regresar a Madrid y comparecer ante el Ministerio de Marina, que comenzó a investigarla. En octubre de 1940 le comunicaron su cese definitivo al considerarla «de ideas izquierdistas, por haber pertenecido al Partido Radical Socialista desde su fundación, haber tomado parte en las deliberaciones y debates del Congreso del Partido y, al producirse el Alzamiento, continuar haciendo manifestaciones de la misma ideología y, en relación con los dirigentes del Frente Popular, haber recibido diferentes cargos, predominantemente culturales».
Sobrevivió a partir de ese momento dando clases particulares en una academia privada y cuidando de su madre.
En 1966, Jimena Quirós emprendió otra –la última– batalla legal para exigir su reingreso en el IEO. Obtuvo su rehabilitación tres años más tarde, aunque siguió reclamando todos sus derechos, consiguiendo el reconocimiento de sus trienios incluyendo los años en los que estuvo cesada en la institución. Falleció en Madrid, en 1983.
Esta reseña está basada fundamentalmente en el artículo Jimena Quirós: la Guerra Civil truncó la carrera de la primera oceanógrafa en la historia de España de Pablo Lozano, que se publicó en el blog Oceánicas el 30 de octubre de 2018.
El proyecto Oceánicas: la mujer y la oceanografía del IEO «tiene como objetivo divulgar el trabajo de científicas dedicadas al estudio de los océanos, tanto actuales como del pasado, dar a conocer su vida y obra, tratando así de generar vocaciones científicas en niñas y niños, fomentar su creatividad, su capacidad de decisión y el trato igualitario frente a las desigualdades de género desde edades tempranas».
Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
Fuente: The Conversation (Creative Commons)
Author: Marta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea