Por: Alejandro García Rueda
Twitter @RealAleGarcía
La llamada clase política no se mide, tropieza nuevamente con la piedra de sus excesos y de la sobredimensión de sus facultades. Con trucos discursivos nos dicen que es necesario “abrir” Pemex cuando en realidad lo que buscan es entregar lo que queda de la paraestatal.
En el siglo veinte los partidos políticos sabían qué decir, cómo hablar, a quién dirigirse y qué temas debían ser recurrentes en la agenda, pero las estrategias de comunicación en un contexto en el que las redes sociales juegan un papel central y le cierran el paso a la imposición del monotema, es claro que el poder ya no tiene la misma fuerza.
Con trucos discursivos nos dicen que es necesario “abrir” Pemex cuando en realidad lo que buscan es entregar lo que queda de la paraestatal
– Alejandro García Rueda
Hoy, a pesar de que la intención de la clase política es clara, la agenda pública luce desaliñada y quienes detentan el poder tienen que recurrir a esos aliados omnipresentes entre el acontecer social y los individuos: Los medios masivos de comunicación.
Si las cosas siguen como hasta ahora, vendrán campañas mediáticas poderosas, buscarán coptar al intelecto con frases hechas que maquillan el propósito de ceder lo que debería ser destinado a la mayoría y haciendo uso de datos tendenciosos, venderán términos rimbombantes como “alianza” o “asociación” –que en realidad pueden significar complicidad y confabulación– para esconder la entrega de un bien nacional a una minoría ambiciosa.
PEMEX camina bajo amenaza mientras la clase política utiliza a los medios para distribuir falacias y manipular a la opinión pública poniendo así en bandeja de plata la paraestatal al capital privado.
Se ha vuelto una obsesión hacer campañas afirmando que de Petróleos Mexicanos quedan solo migajas y que es una empresa económicamente inviable. Ha quedado claro que hoy la encomienda parece ser impedir que la población cuente con recursos informativos, de ahí que se publiquen verdades a medias y se incurra en esos deshonrosos vicios que corrompen la información.
PEMEX sí requiere recursos, pero México no necesita justificaciones endebles, spots que pretendan contener a las audiencias ni una clase política que meta mano a los temas que pueden –o no– tener algún valor para la nación.
No se puede actuar de manera facciosa, es importante que independientemente de todo, se piense en evitar la utilización de la coyuntura para perseguir fines que pertenecen estrictamente al orden político y la clase política debería eludir a toda costa supeditar la normatividad de nuestra constitución a meras decisiones políticas.
Si se quiere enviar un mensaje mediante un mar de notas, que no sea el de una decisión unilateral enfundada en un disfraz de aparente conciliación y apoyo o protección a los intereses del ciudadano, sino que sea el de una clase política que fomenta el debate, que es capaz de hacer a un lado la imposición de los temas de discusión y que entiende que no es admisible monopolizar la agenda.