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La detención de Elba Esther: mercadotecnia política o mensaje a los poderes fácticos

A la detención de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se le puede ver desde distintos frentes y resulta muy importante que para generar un mayor entendimiento de la situación comencemos abordando aspectos que a la luz de los hechos cobran gran relevancia.
Primero, se hizo un gran movimiento de capital político, un jaque mate que ayuda al Gobierno Federal y lo fortalece de cara a temas fundamentales como el de la reforma en materia de telecomunicaciones. Esta operación quirúrgica sienta bases para el comienzo de una nueva historia en la relación –que por el momento luce rota– del sindicato con el gobierno, sobre todo en un contexto en el que Enrique Peña Nieto ha promulgado la reforma educativa con un mensaje seco: Atrás, ni para tomar impulso.
Por supuesto que hay razones políticas más que jurídicas en este caso. Estamos ante una noticia que –como todas– tiene pros y contras, la decisión de detener a una figura pública con ese peso es hasta cierto punto temeraria y es una apuesta que en el papel adquiere seriedad pero es insoslayable que la situación es tensa.

El arresto da señales claras. Hay muchos acuerdos estancados y la caída de Elba Esther Gordillo abona para que en poco tiempo puedan darse los cambios que a los ojos de Los Pinos son justos y además necesarios. Aun cuando es improbable que en lo sucesivo veamos a otras figuras caer, lo que es prácticamente una certeza es que algunos personajes de la vida pública mexicana comenzarán con las tareas de blindaje de su persona y que el insomnio tocará la puerta de más de uno.

En este momento gana credibilidad la presidencia pero ¿Qué sigue? Si desde la clase política se busca un cambio en la educación tiene que ir más allá de un cambio de liderazgo. El entorno es serio y no se puede simular, el juego se terminó y para tener una educación sana primero se debería pensar en tener una estructura educativa que deje un buen sabor de boca a todos.

Estamos ante una situación sui generis. Ojalá que la detención de Elba Esther Gordillo y los resultados de las pesquisas no sirvan solamente para contar con el aval de los medios, repuntar en las encuestas y ganar la gloria de un minuto. El reto es mucho mayor. En este caso hay que irse por un momento de historia, no por los aplausos y el confeti.

Reflexiones
En medio del escarnio público y de la cobertura mediática que se ha hecho hasta ahora quedan algunas reflexiones importantes:

1) Ojalá que esto no se convierta en un espectáculo más grande del que ya es, que el caso logre verse en justa proporción y que se tome en cuenta que a la sociedad mexicana que hoy se encuentra un tanto “aliviada” le debe quedar claro (porque lo intuye, pero no lo sabe) si se habla de un Estado que aplica la ley o de un ente gubernamental que castiga haciendo uso de la ley con la mano cerrada.

2) Hay que ser muy insistentes en este sentido: Hoy se mancilló el molde, pero es justo decir que hace falta mucho más para romperlo.

Saque sus conclusiones
¿El asunto con Elba Esther Gordillo es una treta de mercadotecnia política o un tema de Estado? Es claro que la sucesión de hechos garantiza que las percepciones sean favorables ¿Es un mensaje dirigido a los poderes fácticos o un golpe mediático que rompe con el molde de la impunidad?

 

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