Mil 59 oportunidades se han perdido y no se podrán recuperar. No son aquellos episodios que uno ve pasar y que pensamos “la próxima lo haré mejor”. Ya no existirán. No habrá un chance más. Eso debe ser lo más doloroso.
¿Quién les disparó?, algunos fueron daños colaterales, otros más fueron justificados dentro del argumento aquel que deja dormir al responsable, que lo razona y lo deja pasar. ¿quién puede justificar el cuerpo destrozado por una bala de un niño?
Peor aún, quién se ha arrancado el alma como para matar a sangre fría a quien no se puede defender y peor aún, ¿quién lo hace sin remordimientos?
Junto a los 1059 niños y niñas que han muerto en la llamada Guerra contra el Narcotráfico van los cuerpos de una generación entera de jóvenes que perdieron la oportunidad de elegir sólo por estar y vivir en el lugar y momentos no adecuados… pero que sin embargo eran sus sitos cotidianos, no tenían la culpa de vivir allí.
¿Tienen la culpa los infantes muertos en los retenes sólo por estar allí? ¿Tienen la culpa las niñas y los niños muertos en Salvacar que quizás asisitían a su primer fiesta? ¿Estas muertes se pueden justificar y dejar pasar?
No se puede simplemente dar vuelta la hoja. Es algo que no se puede olvidar y tomarlo como una cifra más o algo que “es así” por qué la “guerra es así”. Cuando no nos preguntaron si queríamos una guerra de ese tipo.
La muerte de estos niños que perdieron la oportunidad de elegir y tener un futuro mejor. Que perdieron la oportunidad de equivocarse también. De tener la oportunidad de decir que no.
Por todos ellos y ellas no podemos permitirnos el olvido. Esta pequeña acción de escirbir en nuestras páginas y blogs es lo menos que podemos hacer en su memoria. Y como una forma de respeto podemos aspirar a deicr basta y detener esta guerra que no tiene una estrategia, que parece no tener un fin claro mientras las muertes siguen en las calles y el aparato financiero -el que le da la vida el narco- sigue intacto.
Sus muerte no pueden quedarse así ni ser en vano. Nos queda exigir y evitar que más niñas y niños sigan siendo asesinados, secuestrados y abandonados… Y la mejor forma en que podemos empezar es no ingorarlos.
Son mil 59 sueños que no se van a realizar jamás, por ellos, por su memoria, empecemos por no olvidar.
Los niños y niñas de nuestro país se merecen un futuro mejor.
Agradecemos a Margarita Nava que se haya sumado a esta acción:
Rasparse las rodillas nada más
Agradecemos a Nancy Escobar que se haya sumado a esta acción:
Agradecemos a Marga Britto que se haya sumado a esta acción:
¿Dónde Jugaraán los Niños? 1059 muertos y contando
Agradecemos a Carlos Juárez que se haya sumado a esta acción: