Según la OCDE, más de una cuarta parte de los empleos dependen de habilidades que podrían ser fácilmente automatizadas en la próxima revolución de la IA.
Aunque todavía hay evidencia limitada sobre el impacto real de la IA en los empleos en la actualidad, la OCDE destaca que los trabajadores están preocupados por la posibilidad de perder sus empleos debido a la automatización. Es importante tener en cuenta que esto podría deberse a las primeras etapas de la revolución de la IA y que los efectos podrían ser más evidentes en el futuro.
Según el Informe de Perspectivas de Empleo de 2023 de la OCDE, los trabajos con mayor riesgo de automatización representan en promedio el 27% de la fuerza laboral en los países miembros, siendo las naciones de Europa del Este las más vulnerables. Estos trabajos de alto riesgo se definen como aquellos que requieren más de 25 de 100 habilidades y capacidades que los expertos en IA consideran fácilmente automatizables. Algunos países incluso podrían ver hasta un 37% de sus empleos afectados por la IA en un futuro cercano.
La importancia de las acciones políticas y la preparación de los trabajadores
Una encuesta realizada por la OCDE el año anterior reveló que tres de cada cinco trabajadores expresaron temor de perder sus empleos debido a la IA en la próxima década. Sin embargo, es interesante destacar que dos tercios de los trabajadores que ya están trabajando con IA informaron que la automatización ha hecho que sus empleos sean menos peligrosos o monótonos. Es evidente que la IA tiene el potencial de transformar el mundo laboral de diversas maneras.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha subrayado la importancia de las acciones políticas para determinar el impacto de la IA en los trabajadores. Hizo hincapié en la necesidad de que los gobiernos ayuden a los trabajadores a prepararse para estos cambios y aprovechar las oportunidades que la IA presenta. Medidas como ajustar los salarios mínimos y participar de procesos de negociación colectiva, podrían aliviar las presiones salariales generadas por la irrupción de la IA en el mundo laboral, mientras que los gobiernos y los reguladores deben garantizar que los derechos de los trabajadores no se vean comprometidos, de acuerdo con lo planteado por el directivo del organismo.
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