¿Las ciudades más digitales o los laboratorios del futuro?

Dubai, Shanghai y Seúl lideran la lista de las ciudades más digitalmente dependientes de 2025, según un estudio reciente de ZeroBounce. Pero, ¿qué significa realmente ser una “ciudad digital”? ¿Estamos hablando de eficiencia y conectividad o de un paso más hacia el hipercontrol tecnológico?

Los resultados del ranking muestran que la digitalización va mucho más allá de la comodidad de tener Wi-Fi público o pagar el transporte con el móvil. De hecho, algunas de las ciudades mejor calificadas lo son gracias a su alta densidad de cámaras de vigilancia, sistemas de monitoreo de contaminación y digitalización del tráfico. En otras palabras, la conectividad viene acompañada de una supervisión constante.

El Top 10: ¿pioneros o sociedades hipervigiladas?

Dubai encabeza el ranking con una impresionante puntuación de 79.1, destacando en infraestructura digital, velocidad de Internet y videovigilancia (con una asombrosa presencia de 88.5 cámaras por cada 1,000 habitantes). ¿Un paraíso para los nómadas digitales o una ciudad donde la privacidad es cada vez más un mito?

Shanghai (71.4 puntos) lidera en infraestructura de transporte digitalizada y monitoreo de contaminación, dos indicadores clave de una ciudad hiperconectada. Sin embargo, China no es precisamente un referente en libertades digitales, lo que plantea la pregunta: ¿hasta qué punto la digitalización beneficia a los ciudadanos y no solo al control gubernamental?

Seúl (70.0) combina Wi-Fi público y videovigilancia con un fuerte ecosistema digital para nómadas, mientras que Beijing (66.3) y Singapur (64.6) refuerzan la tendencia de que las ciudades más digitalizadas tienden a ser también las más controladas.

En contraste, Ámsterdam (55.3) y Barcelona (53.3) se destacan en facilidades para nómadas digitales, con sistemas más abiertos y descentralizados. Barcelona, de hecho, obtiene el mayor puntaje en calidad de vida digital para trabajadores remotos (5.8), aunque su inversión en seguridad digital y vigilancia sea menor.

Nueva York (51.9) y Estocolmo (51.8) cierran el top 10 con infraestructuras digitales avanzadas y buen acceso a servicios en línea, aunque sin llegar al nivel de hiperconectividad de las ciudades asiáticas.

¿La digitalización tiene un costo?

El informe destaca cómo estas ciudades han convertido la tecnología en un pilar central de su funcionamiento, optimizando la movilidad y la seguridad. Sin embargo, un patrón emerge: las ciudades con mayor dependencia digital también presentan una mayor implementación de vigilancia y control de datos.

Brian Minick, de ZeroBounce, afirma que la digitalización “mejora la seguridad y el acceso a servicios”, pero la pregunta clave es: ¿a qué precio? La hiperconectividad hace la vida más eficiente, pero también puede convertir a los ciudadanos en datos monitoreados en tiempo real.

En última instancia, ¿queremos vivir en ciudades inteligentes o en sociedades vigiladas? La respuesta dependerá de quién controle la tecnología y cómo se utilice.