Hoy me he levantado, me he hecho un café, me he tomado un zumo y me he puesto a reflexionar. Ya sabéis que es lo que toca hoy. Es nuestra obligación como ciudadanos españoles: tenemos que reflexionar.
Dada la resolución de ayer de la Junta Electoral Central supuse que todo el mundo tendría mucho cuidado con lo que publica y con las cosas que hace. Esos tipos no se andan con chiquitas y a la mínima te quitan tu derecho a manifestarte.
Pues resulta que al subir la persiana de mi habitación me encontré con… ¡publicidad electoral! Sí, amigos, ¡en mi pueblo se les olvidó quitar los carteles electorales! Doy por hecho que en los vuestros no, porque ¿cómo voy a reflexionar si al salir a la calle me encuentro con la jeta de Pérez Espinosa y el logo del PP? Tiene que ser un error.
Pero bueno, como sé que las cosas en mi pueblo siempre se hacen de una manera extraña, lo dejé correr y me puse a leer los periódicos.
Cuando llegué a la portada de ABC no me lo podía creer. ¡¡¡El 80% de la portada es publicidad electoral!!! Hay un anuncio del Partido Popular que ocupa la mayor parte de la portada y el ABC sólo se quedó con el 20% para informar. ¿Cómo puede ser eso?
|
Pero la cosa no se queda ahí… ¡¡¡el mismo anuncio lo han puesto también en La Razón!!! ¿Quién ha permitido esto? ¿Cómo voy a reflexionar yo si en dos periódicos nacionales hay publicidad electoral? ¡Mi libertad de reflexión está herida de muerte! ¡Malditos seáis!
Ya sé que vosotros, avezados lectores, me diréis: “tranquilo, confía en el sistema, a estos periódicos les caerá un puro que tendrán que cerrar” y sí, estoy de acuerdo con vosotros, pero ¿qué hago yo? ¿quién me devuelve a mi el día de reflexión? ¡Ahora tendré que votar al PP porque la publicidad me invade y no puedo quitármela de la cabeza!